Testigos dijeron haber visto un incendio en la aeronave, con 176 personas a bordo, antes de que se precipitara a tierra.
"El Boeing 737 de la compañía Ukraine International Airlines que se estrelló el miércoles en Irán,
poco después de despegar, había emprendido el regreso al aeropuerto de Teherán debido a un "problema", indicó este jueves la Organización de la Aviación Civil (CAO) iraní.
"El avión desapareció de los radares en el momento en que alcanzaba una altitud de 8.000 pies [unos 2.400 metros]. El piloto no transmitió ningún mensaje de radio sobre circunstancias inusuales", indicó la CAO en el primer informe de la investigación preliminar del accidente que dejó 176 muertos.
"Según testigos presenciales (...) se observó un incendio en el avión que se hacía más intenso", agregó el informe publicado en el sitio internet de la CAO.
Los testigos presenciales serían personas que miraban el despegue del avión desde el suelo y otras que se encontraban en un avión que volaba a mayor altitud que el Boeing en el momento del drama.
"El avión que se dirigía al principio hacia al oeste para salir de la zona del aeropuerto, giró hacia la derecha debido a un problema y estaba en el camino de regreso al aeropuerto cuando se estrelló", explicó este jueves la CAO en su sitio internet.
Expertos ucranianos en Irán
Según la agencia oficial Irna, un equipo de expertos ucranianos llegó a Teherán antes del amanecer para participar en la investigación.
El vuelo PS752 de la UIA despegó a las 06H10 (02H40 GMT) del aeropuerto Imam Khomeiny de Teherán, en dirección del aeropuerto Boryspil de Kiev.
Según la diplomacia ucraniana, a bordo del Boeing había 82 iraníes, 63 canadienses, 10 suecos, 4 afganos y 3 británicos. Otros 11 eran ucranianos, incluidos nueve tripulantes.
La CAO indicó que 146 pasajeros tenían pasaporte iraní, 10 un pasaporte afgano, cinco un pasaporte canadiense, cuatro un pasaporte sueco y 11 ucraniano.
La diferencia se explica por la presencia de numerosos binacionales (entre ellos, a priori, 140 iraníes-canadienses), que solo pueden entrar y salir de la República Islámica previa presentación de su pasaporte iraní.
El primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, pidió una "investigación exhaustiva" sobre esta catástrofe aérea, la más mortífera para los canadienses desde el atentado a un Boeing 747 de Air India en 1985, en el que murieron 268 ciudadanos.
Como anfitrión de una importante diáspora iraní, Canadá rompió relaciones diplomáticas con Irán en 2012 y reprochó a la República Islámica su apoyo al gobierno de Bashar Al Asad en Siria.
Por su parte, Estados Unidos hizo un llamado a la "plena cooperación con toda investigación sobre las causas" (del accidente).
Por su parte, Teherán se niega a entregar las cajas negras al fabricante estadounidense del aparato, Boeing. Sin embargo, la OAC indicó que las mismas, recuperadas desde el miércoles, serían enviadas "al extranjero".
Sólo unos pocos países, entre ellos Estados Unidos, pero también Alemania y Francia, tienen la capacidad técnica para analizar las cajas negras.
La catástrofe del 737 de la UIA se produce en medio de graves tensiones entre Irán y Estados Unidos,
y poco después del lanzamiento de misiles por Teherán sobre las bases utilizadas por el ejército estadounidense en Irak.
Sin embargo, nada indica que estos acontecimientos estén relacionados y el presidente ucraniano advirtió contra toda "especulación".
Volodimir Zelenski decretó el jueves un día de duelo nacional y prometió establecer "la verdad" en este drama. "El 9 de enero se decreta día de duelo nacional", declaró el jefe del estado en un vídeo publicado en Facebook unas horas después de su regreso nocturno de vacaciones en Omán.
Este es el primer accidente mortífero para UIA, una empresa que pertenece, en parte, al sulfuroso oligarca Igor Kolomoiski, conocido como cercano al presidente Zelenski.
Boeing, afectado por un escándalo en torno a sus 737 MAX, clavados en el suelo desde hace 10 meses, declaró estar "dispuesto a ayudar por todos los medios necesarios".