Además, informaron sobre 14.840 casos positivos para el COVID-19, lo que eleva a casi 60.000 el número de infectados. Ya son 1.355 los fallecidos.
El gobierno destituyó a los jefes políticos de la provincia de Hubei y la ciudad de Wuhan, cuna de la enfermedad, alimentando las especulaciones sobre la gravedad de la epidemia que mantiene en vilo al mundo.
Por su parte, Vietnam puso en cuarentena por 20 días a Son Loi, una comuna de 10.000 habitantes cercana a Hanói, siendo el primer país fuera de China en adoptar la drástica medida.
En un comunicado, la comisión de salud de Hubei dijo que ahora incluiría en su conteo oficial casos que fueron "diagnosticados clínicamente".
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Esto significa que las imágenes de pulmón en casos sospechosos pueden considerarse suficientes para diagnosticar el virus, en lugar de las pruebas estándar de ácido nucleico.
De acuerdo con la comisión de salud de Hubei, el cambio significa que los pacientes podrían recibir tratamiento "lo antes posible" y ser "consistentes" con la clasificación utilizada en otras provincias.
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La entidad añadió que había hecho el cambio "a medida que nuestra comprensión de la neumonía causada por el nuevo coronavirus se profundiza, y a medida que acumulamos experiencia en diagnóstico y tratamiento".
"En este tipo de epidemia, hay dos métodos: rastrillar en forma amplia para que ningún enfermo quede fuera o hacer una detección precisa" que lleva más tiempo, declaró Kentaro Iwata, profesor de la Universidad de Kobe (Japón) y experto en enfermedades infecciosas. "Siempre se plantea el dilema", señaló Iwata que consideró "comprensible" que las autoridades de Hubei opten por la primera solución frente a la urgencia.
Ruedan cabezas
El anuncio de este nuevo enfoque coincidió con la destitución del principal responsable del Partido Comunista de China en la provincia de Hubei, Jiang Chaoliang, que fue remplazado por el alcalde de Shanghái, Ying Yong, dirigente cercano a Xi Jinping.
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El principal responsable comunista de la ciudad de Wuhan, capital de la provincia de Hubei, Ma Guoqiang, también fue destituido.
Esas destituciones responden a la cólera de la opinión pública, que considera que las autoridades tardaron en reaccionar cuando aparecieron los primeros casos de la enfermedad.
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Se suman a la destitución de los dos principales responsables sanitarios de la provincia de Hubei.
China ha colocado virtualmente a unos 56 millones de personas en una gigantesca cuarentena en la provincia de Hubei, y especialmente en la capital, Wuhan, además de restringir los movimientos de varios millones más en diversas ciudades.
El presidente chino, Xi Jinping, presidió el miércoles una reunión del Politburó del partido Comunista después de la divulgación de números que indicaban una reducción en los casos confirmados por segundo día consecutivo.
China recibió elogios de la Organización Mundial de la Salud (OMS) por la transparencia en la gestión de la crisis sanitaria, pero la población se muestra escéptica.
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En ese contexto, la nueva metodología adoptada por las autoridades para definir los casos confirmados alimentaría las sospechas de que el total era hasta ahora subestimado.
Zhong Nanshan, un renombrado científico de la Comisión de Nacional de Salud, había estimado que la epidemia debería alcanzar el pico "a mediados o finales de febrero".
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En Ginebra, Michael Ryan, jefe del departamento de emergencias sanitarias de la OMS, declaró horas después que pensaba "que es demasiado pronto para tratar de predecir el [...] fin de esta epidemia".
"Repercusión negativa"
En tanto, en Japón, el Ministerio de Salud anunció 44 nuevos casos confirmados de contaminación entre los pasajeros del crucero Diamond Princess, mantenido en cuarentena.
Con ello, el número de casos confirmados en ese navío ya asciende a 218, uno de ellos un ciudadano argentino.
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La epidemia o el temor internacional al contagio llevó a los organizadores del Congreso Mundial del Móvil de Barcelona, gran cita anual de la profesión, a anularlo este miércoles. Debía celebrarse del 24 al 27 de febrero.
"La preocupación mundial sobre la epidemia del coronavirus, la preocupación sobre los viajes y otras circunstancias hacen imposible la organización" del congreso, señaló la Asociación Mundial de Operadores de Telefonía (GSMA), que lo organiza.
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Previamente, la Federación Internacional del Automóvil (FIA) había anunciado el aplazamiento, a pedido de los organizadores y de las autoridades chinas, del Grand Premio de China Fórmula 1 , que estaba previsto para el 19 de abril en Shanghái.
Dado el peso económico y la posición de China en el nexo de las cadenas de suministro mundiales, el virus está afectando a empresas de múltiples sectores de todo el mundo.
Varios países han prohibido las llegadas de pasajeros desde China, mientras que las principales aerolíneas suspendieron los vuelos hacia aquel país.
La Administración de Aviación Civil de China (CAAC) pidió este miércoles que se levanten estas restricciones, señalando su "impacto negativo" sobre el sector aéreo y la economía mundial, según la agencia china Xinhua.
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La economía nacional sigue en gran parte paralizada, pese a una tímida vuelta al trabajo esta semana. Muchos estudiantes siguen las clases en línea y se ha pedido a muchos empleados que trabajen desde casa.
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