En medio del show, dos de sus bailarines se abrazaron mientras portaban las banderas de Israel y Palestina, dos territorios enfrentados durante años.
La ministra israelí de Cultura, Miri Regev, consideró un "error" que los bailarines de Madonna salieran con banderas palestinas en la espalda durante su actuación en Tel Aviv, Israel.
"Fue un error, no se puede mezclar política con un evento cultural, con todo el respeto que le debo a Madonna", afirmó Regev ante el consejo de ministros semanal.
La ministra, que no asistió a la final de Eurovisión el sábado por la noche en Tel Aviv, criticó ante los periodistas al organismo de radiodifusión israelí, Kan, que según ella falló en su misión al dejar que se vieran en pantalla las banderas palestinas.
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La estrella del pop resistió a los llamados al boicot que le lanzaron activistas propalestinos, que denunciaban un acto cultural cuyo objetivo, según ellos, era ocultar la realidad del conflicto entre israelíes y palestinos.
"Nunca debemos subestimar el poder de la música para unir a la gente", dijo Madonna antes de su actuación a los presentadores, que le habían preguntado sobre el mensaje que deseaba dar en Eurovisión.
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Se desconoce si Madonna sabía que algunos de sus bailarines saldrían después a escena con banderas israelíes y palestinas.
Además, durante el anuncio de los resultados, los miembros del grupo islandés Hatari, conocido por su oposición a la ocupación israelí de los Territorios Palestinos, desplegaron banderas palestinas, lo que provocó abucheos entre el público.
El holandés Duncan Laurence fue el ganador del 64º Festival de Eurovisión con la balada "Arcade", proporcionando a su país una primera victoria en 44 años.