Juan Esteban Constaín, escritor, docente y columnista, fue un gran amigo del periodista Mauricio Gómez, quien falleció el pasado viernes, 13 de mayo de 2022, en Bogotá. Calificó su partida como “una noticia devastadora para el periodismo colombiano”.Vea también: Taxista pegó la hoja de vida de su hija en el carro y logró que le llovieran ofertas de trabajo“El mundo es un lugar siempre tan imperfecto, tan desportillado, y es muy fácil venir a hacer el mal, venir a dañar a los demás, pero hay unos seres excepcionales que vienen a hacer del mundo un lugar mejor. Eso fue Mauricio Gómez”, aseguró.Constaín, quien además es autor del libro ‘Álvaro, su vida y su siglo’ sobre el líder político Álvaro Gómez Hurtado, padre de Mauricio, anotó que este último cumple a cabalidad esa idea de que “para ser un gran periodista hay que ser una buena persona”.Le puede interesar: La hipótesis de autoridades sobre muerte de niña de 5 años que conmociona a La Plata, Huila“Creo que no ha habido una mejor persona que Mauricio Gómez y ese fue también uno de sus talentos, más allá de su legado periodístico enorme, aleccionador y que perdurará en el tiempo”, señaló.En el video que encabeza este artículo, vea la entrevista completa con Juan Esteban Constaín sobre su amigo Mauricio Gómez.Otras noticias: Condenan a uno de los responsables del asesinato del líder estudiantil Esteban Mosquera
Mauricio Gómez nació en Bogotá en 1949, justo cuando su abuelo, Laureano Gómez, era presidente de Colombia. Fue el tercer hijo de líder conservador Álvaro Gómez Hurtado y, siguiendo la tradición familiar, se convirtió en abogado de la Universidad Javeriana en 1972.En contexto: Murió Mauricio Gómez, uno de los periodistas más rigurosos de la historia reciente de ColombiaTras salir de la universidad, estudió en Londres y de regreso a Colombia, en 1976, se convirtió en el director del El Nuevo Siglo, el periódico de su familia.En el 79 llegó al Noticiero 24 Horas, allí compartió set con Margarita Rosa de Francisco y Cesar Augusto Londoño. Ya en 1987 Mauricio Gómez empezó a cosechar sus primeros premios de periodismo, pues el presidente de ese entonces, Virgilio Barco, le entregó el Premio Nacional de Periodismo.No obstante, por amenazas, se tuvo que ir de Colombia en 1988. Durante ese tiempo trabajó para CNN y Univisión en California y La Florida, Estados Unidos.En el 93 viajó a Francia, donde se hizo artista plástico y de regreso, en 2005, montó su taller y le enseñó al mundo sus primeras exposiciones. En sus esculturas Mauricio inventó un manera describir su trabajo.En 2009, para la revista Semana y el Canal Caracol, al lado de Carlos Julio Betancourt hizo la serie documental ‘Colombia vive: 25 años de resistencia’.También lea: Funeral de la periodista asesinada en Cisjordania fue opacado por enfrentamientos con la PolicíaYa en 2015 trabajó en el noticiero CM&, con Yamid Amat, en su especialidad: los reportajes regionales. Sin embargo, en 2018, Mauricio Gómez llegó a la redacción de Noticias Caracol y no era cualquier llegada, puesto que se vinculaba como reportero uno de los hombres más grandes del periodismo colombiano.Había sido director, presentador, productor, pintor en sus ratos libres y, sobre todo, un humanista, pero tras toda esa trayectoria pidió encarecidamente que no se le diera ningún trato especial, pues vino a ponerse el overol del oficio que lo hacía sentir vivo: el de reportero y eso hizo en estos cuatros años en Noticias Caracol.Recorrió Colombia, habló con la gente, cuestionó al poder y, lo más importante, hizo reportajes de gran factura, como todo lo que emprendía y siempre con unas líneas muy gruesas e imposibles de cruzar.Con rigor, trabajo, sensibilidad, una capacidad enorme y deslumbrante de narrar para televisión, Mauricio se interesó por temas ambientales, por el daño a nuestro planeta, de los ríos del país y se maravilló viendo especies.Esos reportajes le valieron reconocimientos, esos de los que tanto huía. Siempre trabajó con un sentido muy crítico, cuestionando, poniendo en duda lo que le decían y lo que le mostraban.Al final, el resultado de su trabajo fue una muy larga lista de enormes reportajes que mostraron en toda su dimensión ese talante de reportero puro que lo caracterizó hasta el último día de su vida.Puede ser de su interés: ¿Por qué están quedando libres los delincuentes en Bogotá y siguen siendo reincidentes?En plena pandemia, en pleno encierro, Mauricio tampoco no se quedó quieto, dado que con el ingenio de siempre decidió, desde su confinamiento, analizar noche tras noche las noticias que tenían al mundo en vilo.Siempre fue amable con los reporteros, especialmente los más jóvenes, a quienes aconsejaba y guiaba en el enfoque de sus historias.Ese fue Mauricio Gómez, un profesional intachable que será por siempre referente de todos los que tuvieron la fortuna de trabajar a su lado, así hubiera sido por muy poco tiempo. Paz en su tumba.
Los trasplantes de órganos en humanos se remontan a más de 100 años, quizás el primero de la historia fue atribuido a los santos cristianos Cosme y Damián, a quienes se les achacó el milagro de haber reemplazado la pierna agangrenada de un sacristán por la sana de un esclavo negro –en el siglo III-. Ellos son ahora los patrones de médicos y veterinarios; lo que fue un milagro es ahora una realidad.En todas las clínicas y hospitales del mundo la llegada del coronavirus desplazó a otras actividades medicas como los trasplantes, Colombia no es la excepción, con un agravante: la falta de donantes.Fernando Quiroz, jefe en Colombiana de Trasplantes, explica que de un ser humano vivo se pueden trasplantar “todos los órganos que sean pares: riñones, pulmones y el intestino”. También una parte del hígado.Ahora, cuando se trata de un cadáver a una persona viva, Quiroz explica que “ahí sí todos: corazón, pulmón, hígado, riñón, páncreas, intestino, como órganos. Como tejidos, corneas, válvulas cardiacas, hueso, piel, tendones, nervios”.En Colombia, en los últimos 10 años, se han realizado 12.500 trasplantes de órganos.Cada ciudadano mayor de edad puede manifestar antes de morir su voluntad de no ser donante, quienes no lo manifiesten son donantes en potencia.Trasplantes, ¿son para los ricos?“En Colombia el trasplante demuestra que pueda existir equidad, cierra las brechas de desigualdad. La mayoría son en estratos 1, 2, 3 y los niños son una prioridad, tienen unos privilegios especiales en la lista de espera”, explica Martha Lucía Ospina, directora del Instituto Nacional de Salud. El principal banco de tejidos lo tiene el Instituto Distrital de Salud en Bogotá en donde se procesas sangre y tejidos humanos que están disponibles para la red hospitalaria el país.“Tenemos también un banco de sangre de cordón umbilical para procesar cédulas, para hacer los trasplantes especialmente en niños con algunas enfermedades hematológicas graves", dice Bernardo Camacho, director del instituto. No obstante, los trabajadores de la salud señalan que las tasas de donación en tejido osteomuscular son bajas. "Nos vemos insuficiente para la demanda”, precisan. El número de donantes en Colombia es muy bajo, así está con respecto a otros paísesDonantes por millón de habitantesEspaña: 48Estados Unidos: 31Uruguay: 29Brasil: 16Argentina: 14Colombia: 8Ecuador: 5México: 4Debido a la pandemia del coronavirus COVID-19, el número de donantes pasó de 417 en 2019 a 221 en 2020.En Bogotá, por ejemplo, las personas fallecidas donantes de ´roganis y tejidos fueron tan solo 221 cuando había 3-002 peronsas en la capital en la lista de espera para esos trasplantesEl 20% en lista de espera fallece antes de recibir una respuesta.Hay escases porque no existe la cultura sobre la necesidad de declararse donante.
Autoridades han encontrado que venden desde seres vivos hasta cabezas de tucán y sangre de culebra. Lo grave es que es muy poco lo que se puede hacer.
Son dos de las especies más amenazadas. ¿Podrán sobrevivir al calentamiento global y al tráfico ilegal? Los principales riesgos son la destrucción de su hábitat y que son extraídos del bosque para comercializarlos como plantas ornamentales o exportarlos.
Son el eslabón más importante de la cadena de reciclaje, por ser los únicos que separan materiales, pero también son los más débiles. Aunque trabajan a sol y sombra no logran pensionarse o tener un techo. A pesar de las dificultades han logrado organizarse en cooperativas, lo que les ayuda a tener un mejor nivel de vida. Vea también: Un tesoro en la caneca: Colombia solo recicla 8,6% al año de 12 millones de toneladas de basura
Esta competencia ilegal tiene en dificultades económicas a varias empresas de transporte. Se calcula que hay al menos 500 mil personas dedicadas a este servicio.El mototaxismo comenzó en 1991 en las zonas marginales de Montería. Por presentar servicio puerta a puerta a bajo costo pronto se convirtió en una competencia feroz para el transporte público tradicional. Se extendió primero por la Costa Caribe y luego por el resto país. Las medidas para contrarrestarlo han sido infructuosas.
Los huecos son los peores enemigos de los motociclistas y causa diaria de muertes en el país. Por eso, le contamos qué elementos le ayudarán a preservar la vida.Vea la primera parte de este especial: Colombia en moto: ¿cómo este vehículo dejó de ser lujo para convertirse en necesidad? Vea la segunda parte: Grave problema de salud pública: 85% de los accidentes de tránsito involucran una moto
En muchos de los casos su conductor muere y en otros se salva, pero sufren graves consecuencias. Víctimas son generalmente jóvenes en edades productivas.El 75% de quienes las compran las utilizan como medio de transporte, el 21% como herramienta de trabajo y un 4% para recreación.Vea la primera parte de este especial: Colombia en moto: ¿cómo este vehículo dejó de ser lujo para convertirse en necesidad?
En el país no solo circulan ocho millones de motocicletas, también se venden más que en mercados como el japonés. A partir de año 2000 las motos se popularizaron en Colombia, pues dejaron de ser un lujo y se transformaron en una necesidad, especialmente para personas de bajos recursos. “Estar en el transporte público es complicado por la inseguridad y pierde uno mucho tiempo como tal”, dice Gilmar Montenegro, usuario de moto que vive en Bogotá.Según un estudio de la ANDI, en 1990 había una moto por cada 175 personas en el país, en 2017 había una por cada 7 personas.En Colombia no se fabrican estos vehículos, pero en los últimos diez años entraron en circulación seis millones.Y de los 14 millones de vehículos registrados en Colombia, el 58% son motos, lo que representa unas 8.120.000.Pese a su alto índice de uso, en materia de seguridad las motos están atrasadas en Colombia: El encendido automático de las luces, que salvaría muchas vidas, será obligatorio para las ensambladoras solo a partir de marzo de 2019. El competido mundo de las motos parece tener asegurado un futuro promisorio pues es el vehículo preferido tanto en las ciudades como en el campo.Le puede interesar: Malos aires, cuando respirar se vuelve un peligro para la salud y un tapabocas "no sirve para nada"