En mayo de 2019, una tragedia marcó para siempre la vida de una familia en el Valle del Cauca. Leidy Johana Soto Muñoz, madre de cuatro hijos, desapareció sin dejar rastro. Lo que comenzó como una angustiosa búsqueda terminó revelando un feminicidio que conmocionó a la ciudad. Su cuerpo fue hallado días después en el río Cauca, y el responsable resultó ser el hombre con quien compartió su vida por más de 15 años, el padre de sus hijos.La familia de Leidy Johana la describía como una mujer entregada a sus hijos. “Para ella su todo eran sus hijos, velaba por ellos”, recordaron en El Rastro. Por eso, cuando desapareció sin avisar y dejando a sus pequeños solos en casa, la preocupación fue inmediata. Les había dicho que saldría por un momento, pero nunca regresó.Pasadas las horas, la denuncia de su desaparición dio inicio a una búsqueda por parte de sus familiares y las autoridades. Nadie entendía qué había pasado con ella o cual podría ser su paradero.El cruel hallazgo del cuerpo de LeidyUna noche, un mensaje anónimo llegó a la familia: “A su hermana la mataron y la tiraron al río Cauca”. Al día siguiente, un pescador encontró un cuerpo flotando en el río, cerca de Chinchiná, Caldas. Estaba en avanzado estado de descomposición y con laceraciones faciales causadas por animales carroñeros, de acuerdo con las declaraciones de las autoridades.El cadáver fue trasladado a Medicina Legal, donde se confirmó lo que nadie quería creer: se trataba de Leidy Johana Soto. Ahora, las autoridades ya no investigaban una desaparición sino un feminicidio.Desde el inicio, las autoridades manejaron dos hipótesis. La primera apuntaba a John Alexander Zamora, el padre de sus hijos y con quien Leidy había decidido terminar su relación un año antes, pero este, al ser interrogado por el paradero de la mujer, señaló a la nueva pareja de ella: Yesid López, con quien había iniciado una relación tras separarse.Yesid, aunque no era conocido por todos los allegados de Leidy, fue uno de los más activos en la búsqueda. Más adelante, la atención se centró en John Alexander cuando surgieron nuevas señales en su contra.Leidy había sido madre desde muy joven. Durante más de 15 años convivió con John Alexander, dedicándose por completo a su familia y dejando sus estudios a muy corta edad. Sin embargo, tras su cuarto embarazo, decidió someterse a un bypass gástrico. El procedimiento no solo transformó su cuerpo al perder peso, sino también cambió su vida.Se sintió renovada, con deseos de trabajar y crecer. La relación con John Alexander comenzó a deteriorarse. Los celos se intensificaron y, finalmente, Leidy decidió separarse. Tras luchar para lograr una estabilidad económica, consiguió un apartamento para vivir con sus hijos, pues antes vivían en cada de sus familiares.Las pistas que delataron al feminicidaUna vecina del barrio donde vivía Leidy recordó haberla visto discutiendo con un taxista antes de los hechos. Las características del conductor coincidían con las de John Alexander, quien había comenzado a trabajar como taxista bajo el nombre falso de Harold Gómez.Yesid también relató a las autoridades que, días antes, un taxi había intentado atropellarlos. Leidy le dijo que el conductor era su expareja. La Policía rastreó el vehículo y, tras un exhaustivo análisis, encontró rastros de sangre, lo que reforzó la hipótesis de que John Alexander era el agresor.John Alexander se escondió en zona rural de Corinto, Cauca, hasta que el 15 de octubre de 2019, en estado de embriaguez, llegó a la casa de su hermano en Santander de Quilichao y como las autoriades tenían intervenidas las comunicaciones de su fmamilia, se enteraron de su ubicación y llegaron allí para capturarlo. Aunque al inicio negó los cargos, en enero de 2020, aceptó su responsabilidad. Fue condenado a 35 años y 6 meses de prisión por feminicidio.Según las autoridades, el sujeto aseguró que tenía celos de su expareja debido a la transformación física de Leidy tras la cirugía y su decisión de rehacer su vida con un nuevo amor. “Que se arrepienta y que le pida mucho perdón a Dios y a sus hijos porque los que les ha hecho más daño fue a los hijos”, expresó la familia de Leidy tras conocer la sentencia. “Nunca me imaginé que terminara en tragedia”, agregaron sobre este cruel crimen.Hoy, los cuatro hijos de Leidy viven con el recuerdo de su madre y el vacío que deja su ausencia. La familia lucha por salir adelante, pero el dolor sigue presente.
Son varias las familias colombianas que enfrentan el drama de la deportación como consecuencia de las políticas migratorias del Gobierno Trump en Estados Unidos. Quienes partieron en busca del sueño americano hoy ven sus vidas profundamente marcadas por decisiones que han roto hogares construidos durante años. Los Informantes conoció los testimonios de colombianos que relataron, entre lágrimas, la dura travesía del regreso forzado y el profundo dolor de haber sido deportados. Hoy, con una nueva crisis diplomática entre los Gobiernos de Donald Trump y Gustavo Petro, algunos temen que las implicaciones tanto para viajeros como para migrantes sean cada vez más fuertes. Después de 35 años viviendo en Estados Unidos, Gladys y Nelson González fueron deportados. Dejaron atrás una vida construida con esfuerzo y el sueño de ofrecer un mejor futuro a su familia. Hoy, sus hijas enfrentan la dolorosa realidad de una separación.El sueño americanoEn diciembre de 1989, la pareja llegó a Estados Unidos. Eran jóvenes, estaban enamorados y cargaban una maleta llena de anhelos. Buscaban mejores oportunidades y alcanzar el sueño americano.“Nosotros cruzamos por Tijuana. En la frontera era que había un cambio de guardia a la media noche. Mientras salían los oficiales y entraban eran un lapso de que unos 15, 30, minutos y en ese momento era cuando la gente cruzaba. En ese tiempo no existía el muro”, contó Gladys.Cruzaron caminando la playa de Tijuana, México, hasta San Diego, California, Estados Unidos. Desde que pisaron suelo americano, trabajaron sin descanso: lavaron platos, hicieron limpieza, pintaron apartamentos y repartieron periódicos para salir adelante.Se casaron, se convirtieron al cristianismo y, con mucho esfuerzo, lograron establecerse en Estados Unidos, pese a las barreras del idioma y las diferencias culturales. Llegaron con muchas ilusiones y metas, incluyendo la intención de legalizar su situación migratoria. En ese país nacieron sus tres hijas: Jessica, hoy de 33 años; Stephanie, de 28, y Gabriela, de 23, todas ciudadanas estadounidenses.“Me dieron el permiso de trabajo y pude sacar un seguro social bueno. Entonces, aproveché, fui a estudiar flebotomía. Fui técnico de electrocardiograma. Yo me dediqué por 21 años a hacer exámenes médicos para seguros de vida”, dijo Nelson.Problemas con su situación migratoriaEn 1994, su solicitud de asilo fue rechazada debido a inconsistencias en la fecha de ingreso al país presentadas ante la corte migratoria. Durante años renovaron el permiso de trabajo y apelaron el caso sin éxito."Nos dio orden de deportación por eso. Entonces, desde ese tiempo nosotros empezamos a apelar nuestro caso. Hicimos de todo lo que fue posible, apelar al circuito, apelar a la Cámara”, mencionó Gladys.A pesar de tener los documentos válidos para trabajar, su estatus legal nunca se resolvió. “Siempre fuimos conscientes de que íbamos a salir. Lo único que nunca de la manera como nos sacaron, ese 21 de febrero fue drástico, fue cruel”.Lo que tanto temían, finalmente ocurrió. El 21 de febrero de 2025 acudieron, como siempre, a su cita rutinaria con inmigración, sin imaginar que ese día serían detenidos, esposados y trasladados sin previo aviso. Ni siquiera tuvieron la oportunidad de despedirse de sus hijas ni de abrazar a su nieto.Pasaron por varios centros de detención en EE. UU., sin información clara y con condiciones duras. “En ese momento cuando nos arrestaron, eso me dolió muchísimo de la manera como a mi esposa la esposaron. Yo solo le podía decir a ella, perdóname”, recordó Nelson.Gladys y Nelson González pasaron a engrosar la lista de colombianos detenidos para ser deportados de Estados Unidos. Relataron las difíciles condiciones a las que fueron sometidos: permanecieron esposados de manos y pies y fueron trasladados de un centro de detención a otro sin explicaciones.“Ingresé al centro de detención a las tres de la mañana. Me tomaron fotos, huellas, todo el proceso de ingreso, como un preso. Me dieron uniforme. La primera semana fue muy dura, no paraba de llorar”, comentó Gladys.Otros testimonios: “Sueño del infierno”Así como la de Gladys y Nelson, son miles las historias de colombianos que dejaron el país en busca de mejores oportunidades. Muchos no dudaron en gastar todos sus ahorros e incluso endeudarse con tal de alcanzar el sueño americano. Ese fue el caso de Jaime Valdiris, un barranquillero de 51 años que, tras planear su viaje, recurrir a préstamos con los llamados gota a gota y confiar en coyotes para cruzar por México hacia Estados Unidos, vio frustrado su intento.“Yo me fui a buscar el sueño americano y lo que fui a encontrar fue un sueño de infierno, el sueño de la odisea, una pesadilla”, señaló.Tomó la decisión de dejar el país luego de que un amigo le hablara de la posibilidad de ganar mucho dinero en poco tiempo. Un coyote le cobró cerca de $25 millones por los tiquetes, el alojamiento y la promesa de llevarlo hasta San Diego, California.El 11 de enero de 2025, Valdiris estaba en un hostal de Tijuana, México, esperando la orden de los coyotes para cruzar a los Estados Unidos. "Había varias personas, de todos lados, ahí nadie se conoce con nadie, ahí es sálvese quien pueda. ¿Sabes? Ahí juega la ley del vivo. Nos llevaron a una carretera donde de repente nos dijeron los coyotes que corramos”, afirmó.La idea era cruzar la frontera, entregarse a las autoridades, pedir asilo y así obtener un permiso de trabajo temporal. Pero nada salió como lo había planeado. Jaime Valdiris fue detenido y, once días después, se convirtió en uno de los primeros colombianos deportados por el gobierno del presidente Donald Trump.El día de su deportación lo esposaron y lo montaron en un bus junto a otros colombianos. “Yo me sentí como un delincuente, como ellos me gritaron como un narcotraficante, como un violador, como un matón”.Regresó a Colombia sin un peso en el bolsillo. Sus amigos reunieron dinero para pagarle el pasaje a Barranquilla. No solo perdió la oportunidad de vivir en Estados Unidos, sino que tiene más de $25 millones en deudas. "Fue el peor error que he hecho en mi vida, irme a Estados Unidos a haber vivido el infierno que viví”, concluyó.La dura realidad de la deportaciónTanto la familia González como Jaime Valdiris vivieron en carne propia el dolor de la deportación. Tuvieron que empezar de cero, enfrentando una nueva realidad lejos del país donde visualizaron sus sueños.En el caso de Gladys y Nelson, la separación forzada de sus hijas y la incertidumbre sobre si algún día podrán regresar a Estados Unidos los acongoja a diario. Para Jaime, el regreso representó enfrentarse a una deuda abrumadora y al fracaso de una promesa que, lejos de cumplirse, se transformó en una pesadilla.
Cómo son por dentro las cárceles más peligrosas de Colombia es una pregunta que recurrentemente se hacen algunos curiosos y el programa Los Informantes, de Caracol Televisión, ha tenido acceso, entre otras, a La Picota, Cómbita, La Tramacúa y Bellavista. También, en el año 2018, un equipo periodístico ingresó al centro de detención de Guantánamo, un lugar mundialmente famoso por ser en el que otras épocas las torturas eran estrategia de guerra. Así se vive tras las rejas. Cárcel de CómbitaEn 2014, por primera vez una cámara logró entrar al lugar que albergaba a los delincuentes más difíciles y violentos de Colombia: el pabellón de tratamiento especial (UTE) de la cárcel de Cómbita, en Boyacá. En este tenebroso lugar, al que llamaron ‘el infierno dentro del infierno’, las celdas son de concreto, de 3 metros por 3, los prisioneros están totalmente aislados del resto del mundo y tienen derecho a una hora de sol en las “jaulas de luz”. Las medidas de seguridad aquí son especiales.La cárcel de Cómbita es una de las dos de máxima seguridad que hay en Colombia, abrió sus puertas en 2002 y tiene 8 pabellones. Los controles son extremos, hay cámaras de seguridad de alta resolución, máquinas de rayos X, reflectores y esclusas electrónicas que hacen impensable escaparse, aunque unos pocos lo han logrado, pero con apoyo y corrupción.Cárcel de Bellavista, en AntioquiaDurante años, el hacinamiento en la cárcel de Colombia ha sido noticia. En 2015, Los Informantes visitó el penal de Bellavista, en Antioquia, en donde los reclusos han dormido de pie, en baños y hasta colgados de las rejas.Aunque esta prisión tiene capacidad para 1.831 internos, año tras año el hacinamiento supera el 50%. En 2024, albergaba 3.034 presos, según cifras oficiales. En este lugar, los reclusos sobreviven en condiciones infrahumanas, en medio de roedores, olores nauseabundos, droga y hasta armas.La Picota, en BogotáEl Complejo Penitenciario y Carcelario La Picota, ubicado en Bogotá, fue construido entre 1936 y 1946 y es considerado uno de los más temidos de Colombia. En 2018, Los Informantes conoció el testimonio de un hombre que estuvo recluido allí y contaba que cómo “vivir bien” podía llegar a costar hasta 600 millones de pesos. "Se veía todo tipo de corrupción. Todo el mundo allí adentro tiene conocimiento de lo que sucede", contó el hombre que estuvo preso en La Picota. Aseguró que durante los 5 años que estuvo en la cárcel en promedio gastó 500 millones de pesos para sus "gastos internos". Hay patios a los que los mismos reclusos les llaman ‘Dubái’. Narcotraficantes, políticos corruptos y paramilitares pagan por privilegios. Desde comida gourmet hasta fiestas con licor, música en vivo y acceso a PlayStation.Cárcel La TramacúaEl ambiente en la cárcel La Tramacúa, en Villavicencio, es caliente, no solo porque las temperaturas en esta región rozan los 40 grados, sino porque los reclusos son los más peligrosos, mediáticos y de más alto perfil en Colombia están allí: reclusos acusados de violación, feminicidio, homicidio, masacres y pedofilia.Fue construida en el año 2000, tiene 12 pabellones y más de 1.000 presos. En esta cárcel, el terror y la desolación abarcan los muros de concreto espeso y hierro reforzado y durante años se han reportado torturas, amenazas, aislamiento extremo y graves violaciones de derechos humanos. “A uno de funcionario le decían ‘te trasladaron para La Tramacúa’ y daba miedo”, le dijo a Los Informantes un guardia del Inpec en 2023. Para este año, reclusos de distintas ideologías (AUC, FARC, etc.) se inventaron una "mesa de paz" y lograron acuerdos para reducir la violencia entre ellos y con la guardia.Guantánamo: prisión sin juicio ni derechosLos Informantes entraron en 2018 a Guantánamo, la base naval de Estados Unidos en Cuba a la que fueron enviados durante años sospechosos de terrorismo, algunos sin cargos, sin debido proceso y sin juicio. Alcanzó a albergar hasta a 800 hombres a los que EE. UU. llamó "combatientes enemigos ilegales" y no prisioneros de guerra.En la cárcel de Guantánamo las celdas son pequeñas, sin privacidad, los pisos y las paredes son de cemento y cada una tiene un inodoro, un lavamanos y un espejo de acero inoxidable. Las duchas son comunales. Los presos tienen objetos mínimos: Corán, diccionario y ropa básica. Consumen tres comidas al día y les dan herramientas para que puedan preparar sus alimentos con su propia sazón.Además, en el patio hay una balanza en el piso para tener controlado el peso, para vigilar cada kilo de más o de menos, porque las huelgas de hambre en Guantánamo han sido noticia desde 2001, cuando se construyó la prisión.
Leidy Johana Soto Muñoz, madre de 4 menores, desapareció en mayo de 2019, en Cali, Valle del Cauca, tras dejar a sus hijos solos en casa. Horas después, su familia comenzó una búsqueda desesperada al notar que no regresó y lo que encontró con el pasar de los días fue realmente trágico. El Rastro conoció los detalles de este terrible caso de feminicidio que dejó perpleja a una comunidad.Karol Soto, sobrina de Leidy Johana, al igual que toda su familia recuerdan a su tía como “una persona muy dedicada a sus hijos, para ella su todo eran sus hijos, velaba por ellos”. Por eso, desde el primer momento les pareció muy extraño que los hubiera dejado solos en casa.Una relación de añosDurante más de 15 años, Leidy había tenido una relación con John Alexander Zamora, padre de sus cuatro hijos. Ella, cuentan sus familiares, se dedicó al cuidado de su familia, pero con el paso del tiempo su aspecto físico cambió a tal punto que se le convirtió en un dolor de cabeza, pues decía que con cada embarazo estaba ganando peso considerablemente y por ello tomó la decisión de someterse a un bypass gástrico que terminó siendo el preámbulo de varios problemas con su pareja.Tanto la hermana de Leidy como su mamá relataron en El Rastro que, tras el último embarazo, la joven decidió separarse de John Alexander porque surgieron episodios de celos y control que no estaba dispuesta a tolerar. “Cuando ella decidió separarse de él, empezó a trabajar en oficios varios, quería vivir con los niños sola, pero aún no se le daban las cosas”, por lo que inicialmente sus hijos permanecían en casa de su hermana Marley, su hermano, Diego, o con su mamá, Rubiela Muñoz.Después de dos años de su separación y ya con la alegría de tener una vivienda para ella y sus cuatro hijos, Leidy encontró trabajo en una discoteca e incluso conoció a un hombre, Yesid López Medina, de 30 años, con quien inició una relación, aunque no quiso hacerla pública desde el primer momento.Las hipótesis de la desaparición de LeidyAunque todo marchaba bien para ella, el 22 de mayo de 2019 desapareció en extrañas circunstancias y la pregunta de sus seres queridos era una sola: ¿dónde está Leidy? “Teníamos toda la esperanza de que estuviera bien, de que de pronto se hubiera ido para algún lado o que de pronto estuviera con la expareja y no hubiera dicho”, comentó su hermano en El Rastro.Sin embargo, pese a que contactaron rápidamente a John Alexander, su exesposo, para preguntarle si tenía información de ella, este rápidamente negó cualquier contacto. La familia emprendió una búsqueda incansable tanto en las calles de la ciudad como en redes sociales y ahí empezaron a llegarles “pequeñas pistas” que los ilusionaban, pero nada concreto. A los 3 días de la desaparición, las autoridades fueron informadas e iniciaron una investigación.En medio de las pesquisas, los investigadores volvieron a tomar contacto con John Alexander y fue él quien les mencionó a Yesid López Medina: “Él decía que no sabía nada, que no tenía contacto con ella, que tenía días que no hablaba con ella, que por qué no verificaban con la pareja actual que tenía”, reveló Jhon Álvarez, del Gaula de Cali, en El Rastro. Así, empezaron a manejar dos hipótesis, una que señalaba a la expareja de Leidy y otra a su nueva relación.Pese a que el círculo cercano de Leidy no sabía de esa nueva relación, algunos familiares y amigos sí lo reconocieron y, de hecho, destacaron que Yesid López Medina fue uno de los más activos en la búsqueda de la joven madre desaparecida.Estremecedor mensajeUna noche, mientras esperaban por información sobre el paradero de su hermana, Marley recibió un mensaje anónimo que le advertía lo peor: "A su hermana la mataron y la tiraron al río Cauca". En ese momento, su familia contempló por primera vez la posibilidad de que estuviera muerta.Aunque no se supo exactamente quién envió este mensaje, paradójicamente al día siguiente de recibir el perturbador texto y a unos 300 kilómetros de Cali, Valle, un pescador encontró un cuerpo en el río Cauca. El cadáver estaba en avanzado estado de descomposición, por lo que no se podían determinar signos de violencia, pero los investigadores lograron identificar que se trataba de una mujer y que este llevaba aproximadamente una semana flotando en el río. Una vez lo trasladaron a Medicinal Legal, la familia de Leidy confirmó su identidad.“Cuando voy a verla, ella inclusive tenía la misma ropa con la que había salido de la casa. Me muestran una parte del vestido, una sandalia, porque la otra el río se la había arrancado, y yo digo: ‘sí, es ella’. Me mostraron también una joya que le sacaron del dedo”, reveló su hermano Diego, quien dice que son imágenes que quiere borrar de su cabeza.¿Quién era el responsable de la muerte?Tras encontrar el cuerpo, continuó la investigación para dar con el responsable del crimen y entre las pesquisas las autoridades encontraron el testimonio de una mujer que aseguraba que había visto a Leidy discutir con alguien y subirse a un taxi. Luego, identificaron el vehículo y descubrieron que era conducido por John Alexander Zamora, quien lo dejó abandonado en un taller.En el taxi se hallaron rastros de sangre y varias intervenciones telefónicas confirmaron que John se desplazó al Cauca tras la desaparición Leidy. Una vez identificado como responsable del crimen, fue capturado en Santander de Quilichao, Cauca - en donde se escondió por semanas - el 15 de octubre de 2019, 5 meses después del homicidio.Ante la evidencia de la Fiscalía, en enero de 2020 el sujeto aceptó su responsabilidad frente al crimen de su expareja y fue condenado a 35 años y 6 meses de prisión por el delito de feminicidio.La familia de Leidy carga con el dolor de la pérdida y lo único que espera es que John “se arrepienta, le pida perdón a Dios y a sus hijos porque hizo un daño muy grande”.
Kylian Mbappé marcó un golazo en el triunfo del Real Madrid 3-2 sobre Borussia Dortmund en el Mundial de Clubes. El astro francés anotó una verdadera 'joya', digna de aplausos y para repetirlo una y otra vez. El popular 'Kiki' convirtió al minuto 90+4 lo que era el 3-1 parcial para su club en el MetLife Stadium. El '9' recibió la pelota en el área, y tras un media tijera, envió el balón al fondo de la red y así superó la resistencia del golero del elenco alemán, Gregor Kobel. En los minutos finales, el Dortmund apretó llevando peligro a la portería de Thibaut Courtois, quien salvó el resultado para el Real Madrid, que clasificó a las semifinales del Mundial de Clubes. El PSG será su rival. VEA ACÁ el golazo de Kylian Mbappé en Real Madrid vs. Borussia Dortmund en el Mundial de Clube
Sebastián Villa ha vuelto a encontrar su brillo en el fútbol con Independiente Rivadavia. Su retorno al balompié argentino le ha caído muy bien al antioqueño y ha logrado que vuelva a sonar para un posible retorno a la Selección Colombia. Néstor Lorenzo se refirió a este tema. Sin embargo, tiene un antepasado que lo persigue y no le ha dejado continuar creciendo futbolísticamente, ya que por problemas de su vida personal, más de un equipo le ha cerrado las puertas.Es por ello que, Néstor Lorenzo, técnico de la Selección Colombia, habló en entrevista con el medio 'Radio La Red' del sur del continente, y fue allí donde fue consultado por varios de los jugadores colombianos, entre ellos, Sebastián Villa."Yo miro a todos los colombianos, sin duda que, cuando juega bien también sobresale, tiene un tema que no es menor, por lo que pasó, por la trascendencia que tuvo y toda la trascendencia que tiene no solo en el fútbol sino en la sociedad", aseguró el estratega del combinado 'tricolor'.No obstante, dejó al vilo si pueda contar con Villa para la última doble fecha de las Eliminatorias Sudamericana donde enfrentarán a Bolivia y Venezuela en el mes de septiembre, o mejor aún, para la próxima cita orbital en el año 2026: "Pero bueno es esperar, vamos a ver cómo va todo".El caso de Sebastián VillaEl jugador con paso en Deportes Tolima y Boca Juniors tuvo un giro de 360 grados en su vida personal y futbolística en el año 2020, ya que en ese entonces fue condenado a dos años y un mes de prisión caso de violencia de género a su pareja sentimental de ese entonces, Daniela Cortés. Hay que indicar que se libró de la cárcel.Tras esto, se destapó otro hecho que involucró al colombiano, donde se le acusaba de abuso sexual a otra mujer llamada Támara Roldán, quien lo denunció, pero al llegar a un acuerdo económico a favor de ella, finalmente retiró dicha denuncia en contra de Sebastián Villa.Sin embargo, estas dos situaciones mancharon de gran manera la perspectiva que se tenía del jugador y por supuesto su vida como futbolista, donde poco a poco responde con goles y actuaciones, para volver a ser tenido en cuenta en otros clubes así como en Selección Colombia.
Un cubano de 75 años de edad con casi seis décadas en Estados Unidos murió mientras estaba bajo custodia del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) en Miami, donde apenas la semana pasada trascendió la muerte de un canadiense que también estaba detenido por la agencia. El ICE reveló este lunes que el hombre, cuyo nombre era Isidro Pérez, falleció el jueves 26 de junio por causas que aún están bajo investigación tras estar varias semanas en el Centro de Detención Krome, donde los migrantes ahí retenidos formaron a principios de junio un 'SOS' con sus cuerpos para pedir auxilio y denunciar las malas condiciones de detención.Pérez estaba en la unidad médica de Krome, donde ese 26 de junio comenzó a sentir dolores de pecho durante la noche, por lo que personal de rescate administró resucitación cardiovascular, le dio choques con un desfibrilador externo automático y lo trasladó a un hospital en Kendall, donde lo declararon muerto, indicó ICE en un comunicado. La agencia arrestó al cubano el 5 de junio en un operativo en Key Largo, donde lo declararon inadmisible para permanecer en Estados Unidos porque, a pesar de haber llegado en 1966 con un permiso legal, en 1981 y en 1984 la Corte de Distrito del Sur de Florida lo declaró culpable por posesión de sustancias controladas. Pérez fue acusado de "inadmisibilidad" bajo la Ley de Inmigración y Nacionalidad (INA, por sus siglas en inglés). El medio local Miami Herald localizó registros para una condena, no las dos que menciona ICE. Según los documentos, Pérez y otro hombre fueron detenidos en 1981 mientras viajaban en un bote con 680 kilogramos de marihuana. Se les acusó de dos cargos: conspiración y posesión de una sustancia controlada con la intención de distribuirla. El hombre fue sentenciado entonces a 18 meses en prisión y estuvo dos más en libertad condicional. En la cárcel estudió para ser mecánico. Según contó su familia a la prensa local, esa experiencia le cambió la vida.Este deceso ocurre tras revelarse el miércoles pasado que un ciudadano canadiense, Johnny Noviello, murió mientras esperaba su deportación en el Centro Federal de Detención (FDC, en inglés), en el centro de Miami, mientras que el 7 de junio falleció el mexicano Jesús Molina Veya bajo custodia del ICE en Georgia. Al menos siete inmigrantes han muerto bajo custodia del ICE en lo que va de 2025, según el último reporte actualizado de la agencia, hasta el 5 de mayo, tras casi una docena de decesos en 2024.La defunción del cubano ocurre mientras crecen las denuncias de activistas sobre las condiciones de hacinamiento de los detenidos en Florida, como en el Centro Krome, donde los migrantes, en su mayoría cubanos, formaron con sus cuerpos la señal de auxilio 'SOS' para que se captaran fotografías y videos desde el cielo.Además, en medio de esta polémica, el presidente Donald Trump inauguró este martes la prisión migratoria 'Alligator Alcatraz' (Alcatraz Caimán) que el Gobierno de Florida construyó en un aeropuerto abandonado al oeste de Miami rodeado de caimanes y pitones en la zona natural de los Everglades. Precisamente, el Alcatraz caimán recibió a los primeros inmigrantes como parte del plan de deportaciones masivas del Gobierno de Estados Unidos, entre protestas de varias organizaciones civiles por las condiciones inhumanas del lugar, ubicado en el humedal de los Everglades en Florida, y los temores de inundaciones en plena temporada de huracanes en el Atlántico. El fiscal general de Florida, James Uthmeier, confirmó en la noche del miércoles en X de la llegada del primer grupo de migrantes al centro, que también ha sido criticado por su ubicación en un ecosistema de alto valor ecológico en el sur del estado, que alberga una abundante vegetación y fauna, con especies de caimanes y pitones, entre otras.En esos centros de detención persisten denuncias por sobrepoblación. En el caso de Krome, por ejemplo, se conoció en marzo que albergaba a alrededor de 1.700 pese a que solo tiene capacidad para 600. Datos de ICE, publicados el 20 de junio, señalan que ese centro tenía una población diaria promedio de 845 personas, lo cual también supera la capacidad de este centro de detención ubicado en Miami.Pese a esas denuncias, las autoridades señalan con que sí tienen condiciones y capacidad para albergar a todos los migrantes detenidos. "ICE permanece comprometido para garantizar que todos aquellos en su custodia residan en espacios seguros y humanos", sostuvo la agencia este lunes.Desde que asumió el poder en enero de 2025, la administración Trump ha adelantado una arremetida contra los migrantes en situación irregular con redadas y detenciones arbitrarias. Según datos oficiales, el número de detenidos a nivel federal ha aumentado drásticamente. Cuando Trump regresó a la Casa Blanca la cifra se ubicaba en 39.000 y en junio superó los 58.000. Muchos de ellos están detenidos en cárceles locales porque los centros federales sólo disponen de fondos para albergar a unos 41.000, de ahí que el Gobierno republicano presione para encontrar más espacio donde alojarlos.WILLIAM MORENO HERNÁNDEZCOORDINADOR DIGITAL NOTICIAS CARACOL
El lateral derecho inglés del Real Madrid, Trent Alexander-Arnold, se mostró visiblemente emocionado instantes antes de comenzar los cuartos de final del Mundial de Clubes, que enfrentan al Real Madrid y al Borussia Dortmund, en el minuto de silencio por Diogo Jota y André Silva.El reciente fichaje del Real Madrid permaneció la mayor parte de esos 60 segundos cabizbajo y mirando al suelo, mientras el estadio Metlife Stadium de Nueva Jersey enmudecía y algunos fans portaban carteles con las caras de los dos hermanos fallecidos.Alexander-Arnold y Jota compartieron las últimas cinco temporadas como compañeros en el Liverpool y el viernes, en la comparecencia ante los medios antes del partido, Jude Bellingham reveló que el defensa estaba "muy afectado", pero que "seguro" sería capaz de jugar este encuentro.No es la primera escena de emoción y desolación por parte de excompañeros de Jota y de jugadores portugueses durante el Mundial de Clubes.El viernes anterior el extremo luso del Chelsea, Pedro Neto, salió al campo en el inicio del Palmeiras-Chelsea de cuartos de final de esta competición con una camiseta en memoria de sus amigos fallecidos y miró al cielo en tributo a ellos durante el respectivo minuto de silencio.Neto había jugado también con Jota en los 'Wolves'.Por su parte, en otro homenaje de los cuartos de final entre el Fluminense y Al Hilal, los portugueses João Cancelo y Rúben Neves -compañeros en la Selección de Portugal y en diversos clubes con Jota- no pudieron contener las lágrimas.De hecho, Neves, que también compartió vestuario con el malogrado futbolista en el Oporto y en aquellos Wolves con acento luso, se marchó al funeral del futbolista en Portugal después de que Al Hilal cayera eliminado.Neves se desplazó directamente desde Estados Unidos a Portugal, concretamente a la localidad de Gondomar (próxima a Oporto), para el velatorio y el entierro.La FIFA había comunicado el jueves que se realizaría un minuto de silencio en todos los partidos de cuartos de final del torneo tras el trágico suceso.El internacional Diogo Jota, de 28 años, y su hermano André, de 25, fallecieron en la madrugada del jueves en un accidente de tráfico ocurrido en la A52, en Cernadilla (Zamora, España), una noticia que conmocionó a Portugal y al mundo del fútbol.El delantero, formado en los clubes lusos del Gondomar y Paços de Ferreira, fue jugador del Atlético de Madrid en 2016 y posteriormente jugó cedido en el Oporto hasta 2018, cuando pasó a la liga inglesa (Wolves). Desde 2020 es futbolista del Liverpool.Su hermano André Felipe Silva también es futbolista. Jugaba en el Futebol Clube Penafiel, un equipo de la segunda división portuguesa.
En un operativo conjunto de Inteligencia y la Sijín, la Policía Metropolitana de Bogotá capturó en la localidad de Engativá a Elder José Arteaga Hernández, conocido como alias 'El Costeño', señalado de ser el principal coordinador del atentado contra el senador Miguel Uribe Turbay.La detención se produjo tras dos semanas de seguimiento en la capital del país. Las autoridades habían intensificado la búsqueda de Arteaga Hernández, ofreciendo hasta 300 millones de pesos como recompensa por información que permitiera ubicarlo.Al momento de la captura de alias 'El Costeño', quedó evidenciado en un video tomado por la Policía Nacional, cómo el hombre se retira hacía un lado y parece estar llorando, aparentemente, por la situación. Además, Noticias Caracol conoció que, el señalado de haber planeado el atentado, ya no estaba utilizando ningún aparato tecnológico para evitar ser contactado y rastreado por las autoridades. Así mismo, en la vivienda en donde fue encontrado Arteaga, las autoridades hallaron "elementos materiales probatorios que permiten seguir adelante con la investigación en relación con la participación de otras personas, tanto a nivel horizontal como a nivel vertical", indicó Deicy Jaramillo, delegada de la Fiscalía General de la Nación para la seguridad territorial.Un avance más en la investigación del atentado contra Miguel UribeLa captura de 'El Costeño' es la quinta relacionada con este caso que ha conmocionado a la opinión pública. El ataque ocurrió durante un evento de campaña en el barrio Modelia, en Bogotá, mientras Uribe Turbay adelantaba actividades políticas con miras a las elecciones presidenciales de 2026. El senador recibió heridas de bala en la cabeza y las piernas, y permanece hospitalizado desde hace casi un mes en la Fundación Santa Fe.De acuerdo con la Fiscalía, Elder José Arteaga, de 40 años, sería el responsable logístico de la operación criminal: habría coordinado los movimientos de los involucrados y facilitado el arma utilizada en el atentado. Según las autoridades, fue él quien planeó la entrega de la pistola Glock a un adolescente de 15 años, quien es señalado como el autor material de los disparos.Antes de la captura de Arteaga, ya habían sido detenidas cuatro personas más: el menor de edad, sorprendido con el arma en el lugar del ataque, y tres adultos identificados como Carlos Eduardo Mora, Katerine Martínez y William Fernando González Cruz. Todos enfrentan cargos por tentativa de homicidio agravado, porte ilegal de armas y utilización de menores para delinquir.El caso ha generado fuerte indignación en el país por tratarse de un ataque directo contra un senador en ejercicio, en pleno proceso electoral. Las autoridades aseguran que las declaraciones de los capturados han sido clave para reconstruir la cadena de responsabilidades y desarticular el grupo que habría planeado el atentado.La Fiscalía informó que 'El Costeño' será presentado ante un juez de control de garantías para legalizar su captura y formular cargos por tentativa de homicidio, concierto para delinquir agravado, porte ilegal de armas y uso de menores para la comisión de delitos. El proceso judicial continuará mientras se busca esclarecer en su totalidad la estructura criminal detrás del atentado.LAURA CAMILA RAMOS CONDENOTICIAS CARACOL