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¿En qué se diferencia esta crisis de Colombia y EE. UU. con otras tensiones diplomáticas del pasado?

Michael Shifter, expresidente del Diálogo Interamericano y profesor de la Universidad de Georgetown, habló con Noticias Caracol sobre la actual tensión entre Washington y Bogotá por cuenta del llamado a consultas de los representantes diplomáticos de ambos países.

Donald Trump y Gustavo Petro
Donald Trump y Gustavo Petro
Getty Images, Afp y Presidencia

Los gobiernos de Estados Unidos y Colombia llamaron este jueves a consultas a sus máximos representantes diplomáticos, en un nuevo episodio de tensiones que fractura aún más la relación entre ambos países históricamente aliados. Washington dio el primer golpe con el llamado a "consultas urgentes" del encargado de negocios estadounidense en Bogotá, John McNamara, "luego de repudiables e infundadas declaraciones de los más altos cargos del gobierno de Colombia". Así lo afirmó en un comunicado la portavoz del Departamento de Estado, Tammy Bruce, sin aclarar a qué se refería. En respuesta, el presidente colombiano, Gustavo Petro, convocó de su lado a su embajador en Estados Unidos, Daniel García-Peña.

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El fin de semana se encendió la tensión con la revelación de un presunto complot para derrocar a Petro con ayuda de políticos colombianos y estadounidenses. El diario español El País publicó audios que sugieren una trama golpista liderada por el excanciller de Petro Álvaro Leyva, en un caso que investiga la Fiscalía. Petro había denunciado en junio un supuesto intento golpista organizado por la "extrema derecha" colombiana y estadounidense. Entonces, afirmó que un "líder", a quien no identificó, había hablado con el secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio. El mandatario, sin embargo, descartó durante un discurso este jueves en Bogotá que Rubio "esté en un golpe de Estado" contra su gobierno. "No creo que un gobierno que tiene como enemigo a Irán y unas bombas nucleares apuntando (...) se ponga a pendejear con un golpe de Estado" en Colombia, agregó.

La llamada a consultas a los máximos representantes diplomáticos, en todo caso, ha generado temores en relación a las implicaciones de esta tensión y excancilleres han advertido que no se puede subestimar la decisión de Washington. Además del llamado a consultas a McNamara, Estados Unidos tomará otras medidas "para que quede clara" su "profunda preocupación por el estado actual de la relación bilateral", dijo la portavoz del Departamento de Estado. Bruce no detalló qué acciones tomará Washington, pero subrayó que Colombia sigue siendo "un socio estratégico esencial".

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La relación bilateral está en sus horas más bajas, y revivió una tensión que ya se había desatado a inicios de año, cuando el mandatario colombiano y su homólogo estadounidense, Donald Trump, chocaron por temas como la deportación de migrantes y la guerra arancelaria. Esa primera gran crisis diplomático se produjo luego de que el 26 de enero Petro no permitió el ingreso a Colombia de aviones con ciudadanos deportados por Estados Unidos, alegando que no recibían un trato digno. Trump entonces respondió con una imposición de aranceles del 25% a todos los productos colombianos, pero ese mismo día diplomáticos de los dos países llegaron a un acuerdo para bajar la tensión bilateral y evitar las sanciones del principal socio comercial del país.

Al igual que en aquella ocasión, la actual crisis coincide con la vacancia en la Cancillería colombiana, pues en enero Luis Gilberto Murillo había dejado el puesto de ministro de Relaciones Exteriores, donde fue reemplazado por Laura Sarabia, quien precisamente renunció al cargo este jueves en medio de la controversia por el manejo del contrato para la fabricación de pasaportes.

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El episodio de este jueves también hace recordar a una durísima crisis diplomática ocurrida hace 30 años, cuando el entonces gobierno de Estados Unidos en cabeza de Bill Clinton le retiró la visa al hoy expresidente Ernesto Samper por el escándalo del proceso 8.000. Sumado a las tensiones políticas por los señalamientos de cercanía entre Samper y grupos narcotraficantes, en 1996 y 1997 la administración Clinton determinó que Colombia no podía seguir siendo certificada en la lucha antidrogas. Myles Frechette era el embajador de Estados Unidos en Colombia hacia 1996 y fue el encargado de informarle a Samper la decisión del gobierno Clinton de retirarle la visa.

Noticias Caracol habló este viernes con Michael Shifter, expresidente del Diálogo Interamericano y profesor de la Universidad de Georgetown, quien explicó qué diferencia tiene la crisis diplomática actual entre Colombia y Estados Unidos en comparación con la ocurrida en enero pasado e incluso con la de hace 30 años en el gobierno de Samper. "Esta crisis es bastante grave. El problema, como en el caso de enero, es con el presidente Petro y hay ánimo para pelearse con el presidente Trump. Petro está buscando un enfrentamiento, una crisis, para sacarle provecho o beneficio de su base y presentarse como el líder de América Latina que tiene el coraje de enfrentarse a Trump. Una diferencia es que Colombia está muy cerca de una elección (presidencial), menos de un año, y creo que esto tiene que entenderse dentro de este contexto. Y también a pocos meses de una decisión importante en septiembre de la certificación o no a Colombia (en la lucha antidrogas)", explicó.

Sin embargo, Shifter considera que, a pesar de la "frustración" en Washington con las declaraciones de la administración de Petro, en Estados Unidos son conscientes de que "hay mucho en juego", "que Colombia es un país y Petro es un líder y no hay mucho ánimo para castigar al país" y que ambos países han compartido interés durante años, por lo que no habría interés tampoco en poner esa relación en riesgo.

Por su parte, el viceministro de Asuntos Multilaterales de Colombia, Mauricio Jaramillo Jassir, destacó en las últimas horas que a pesar de las tensiones con Estados Unidos a ambos países los "unen más de dos siglos de buenas relaciones que en el último tiempo se han terminado de consolidar bajo la forma de una alianza". "Las relaciones con Estados Unidos van mucho más allá de los Gobiernos, tienen que ver con una relación entre las sociedades en la que participan de manera activa los congresos y diversos sectores de la sociedad civil interesados en varias de los frentes que componen esa relación", agregó el viceministro.

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Entretanto, la Asociación Nacional de Empresarios de Colombia (ANDI) le pidió al Gobierno un manejo serio y responsable de la relación con Estados Unidos para no poner en peligro los beneficios derivados de ese vínculo. "Al Gobierno colombiano hay que pedirle responsabilidad y seriedad en el manejo de las relaciones internacionales, especialmente las relaciones con nuestro principal aliado histórico que son los Estados Unidos", manifestó el presidente de esa asociación, Bruce Mac Master.

Según datos de la Oficina del Representante Comercial de Estados Unidos (USTR, por sus siglas en inglés), la balanza comercial con Colombia en 2024 "se estimó en 36.700 millones de dólares". El año pasado, Estados Unidos exportó a Colombia bienes por 19.000 millones de dólares, un 7,7% más que en 2023, e importó del país productos por 17.700 millones de dólares, un 9,8% más que en el ejercicio anterior, según el USTR.

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WILLIAM MORENO HERNÁNDEZ
NOTICIAS CARACOL