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¿Por qué Juan Fernando Velasco se alejó de la política?

El artista ecuatoriano Juan Fernando Velasco ejerció como ministro de Cultura y embajador de paz de su país, pero salió decepcionado. ¿Cuáles fueron los cambios que lideró para sus colegas?

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Además del éxito que consiguió a nivel internacional con su música, el cantautor Juan Fernando Velasco llegó a ser embajador de paz de su país natal, Ecuador, algo que lo llena de orgullo y mucha responsabilidad. Después de esto incurrió más en la política, llegando a ser ministro de Cultura, pero esa experiencia no le dejó la mejor impresión sobre la política.

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"Los artistas tenemos esta cualidad, que no es ni mejor ni peor que la de otra profesión, pero es una cualidad en la cual nos conoce mucha gente, entonces de esa misma manera, poner este efecto que generamos en grandes cantidades de gente al servicio de las grandes causas a mí me parece como lo natural, como lo justo, como lo necesario, por eso siempre lo he hecho siempre me he vinculado".

Esa pasión musical acompañada por un comprometido Juan Fernando que buscaba ayudar a las causas sociales lo llevaron a trabajar en la política, prácticamente sin darse cuenta. "Yo soy presidente de la sociedad de autores de mi país desde hace 6 años, más o menos, y en esa búsqueda por una mejor situación para los autores de mi país y para los artistas en general de la música de mi país me llevó a hablar con presidentes, directores, ministros, etcétera".

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El reconocimiento del músico y de su lucha impactaron tanto que llamó la atención de los políticos. "Les decía: 'esto hay que hacer'. Tanto lo peleé que en un momento dado el presidente Moreno me dice '¿por qué no te haces cargo tú? y lo resuelves, te parece que puedes y que se puede resolver desde ese espacio. Así acepté ser ministro de Cultura, me ha llegado, no es algo que yo he buscado".

Sus esfuerzos estuvieron enfocados en el reconocimiento de los artistas para el desarrollo de la sociedad y la lucha por el reconocimiento de los derechos de autor de los compositores; sin embargo, con el paso del tiempo en su cargo pudo conocer esa parte decepcionante de la política que no le gustó.

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"Me quedó un sabor agridulce porque es muy difícil lograr salir no averiado de esa exposición. La política no respeta ni tiene un límite la verdad de la falsedad, no importa, ese límite está totalmente diluido", asegura ahora el cantautor ecuatoriano, pero reconoce que no todo fue malo.

"Me di cuenta de que efectivamente, como lo pensaba, el momento en el que estás en una situación de toma de decisiones con el poder se puede resolver, no que la burocracia, que esto no es tan fácil, como nos decían, no esto toma años. Mentira, cuando hay la voluntad política las cosas cambian y logramos cambiar cosas muy relevantes. Ese es el sabor dulce que me queda de ese paso".

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