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Durante 24 meses el tramo de avenida novena entre las calles 92 y 98, en el norte de Bogotá, se convirtió en un dolor de cabeza para pasajeros y transeúntes. La Alcaldía anunció que para la próxima semana se habilitarán los carriles necesarios para acabar con el contraflujo que crea una gran congestión en la zona.
Los semáforos de los dos cruces sobre el corredor, serán reprogramados para agilizar la conexión entre los dos extremos de la ciudad.
En la zona se seguirá trabajando en los intercambiadores subterráneos y en la estación de bombeo ubicada a 12 metros de profundidad, que evitará que el paso deprimido de la calle 94 se inunde con un aguacero. Las obras finales estarían siendo entregadas en marzo de 2017. Para alcanzar este plazo, 450 personas trabajan en el lugar las 24 horas del día.
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