Con esta justificación, decenas empujan gente y se cuelan todos los días. Una psicóloga analiza por qué se comportan así.
“El mundo nos invita a correr, es un tema de tiempo, de vivir de afán, de responder a unas realidades sociales, donde cada vez debes tener más roles, más actividades, más estatus. Esa relación de poder hace que el afán nos lleve a tener situaciones y accidentes”, Sonia Camargo, psicóloga social de la Universidad Manuela Beltrán.
Aunque algunos habitantes de Bogotá hacen mea culpa, una gran mayoría continúa cometiendo imprudencias en el sistema de transporte masivo.
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