Además de obligarlas a trinar por bastante tiempo, se encontraban encerradas en pequeñas jaulas y el acceso al alimento era restringido.
"El truco está en que se capturan animales juveniles machos para que sean entrenados desde muy jóvenes. A través de una herramienta, que se conoce como playback, se estimula este comportamiento natural del animal para que cante y cante numerosas veces. De esta manera se va entrenando con los años para que pueda ser un ave cantora", detalla Johana Izquierdo, coordinadora de Instituto de Fauna Silvestre del Instituto de Protección Animal.
La Secretaría de Ambiente y la Policía Ambiental llegaron a un club gallístico ubicado en el occidente de Bogotá para rescatar las aves que eran sometidas a extenuantes jornadas de canto.
En Colombia la tenencia de aves silvestres es ilegal y las penas por este delito van de 4 a 9 años de prisión.