Eran dos hombres y dos mujeres “expertos” también en aprovechar el menor descuido, como una ventana abierta, para robar apartamentos.
Operaban especialmente en el centro de Bogotá y huían en taxi.
“Les suministraban a las víctimas una sustancia que las adormecía. Después, se dirigían a las viviendas y hurtaban las pertenencias”, indicó el capitán David Ovalle, jefe de hurto a residencias de la Dijín.
Updated: mayo 18, 2017 08:13 a. m.