Ocurrió en Fontibón, occidente de Bogotá, donde también asaltaron recientemente a un transeúnte que caminaba hablando por celular.
“Lo cogen a uno desprevenido. No respetan niños no respetan ancianos no respetan a nadie”, dice la persona afectada.
Los casos más frecuentes suceden en las paradas de los alimentadores, dice Adriana Sosa, líder comunitaria de Fontibón, pues allí esperan los delincuentes a sus víctimas.
Expertos en políticas públicas afirman que los delitos cometidos por hombres en moto migraron a las zonas donde no hay restricción de parrillero.
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