La empresa, que había renunciado, aclaró que no se está retirando, ni dejando botadas las obras y responsabilizó al Gobierno por los incumplimientos.
La multinacional Mota-Engil, participante en el 45 por ciento del ambicioso proyecto escolar para darles a los niños de bajos recursos en el país 30 mil aulas en jornada única, dio explicaciones sobre el retraso en las obras y aseguró que el dinero invertido está a salvo.
“No existen anticipos, tiene un paquete robusto de garantías y seguros; todo el dinero que se entregó por las entidades territoriales y por la nación se encuentra en una fiducia”, indicó José Ignacio Leyva, abogado de Mota-Engil.
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La empresa señaló como responsable de los atrasos al Gobierno Nacional.
“Mota-Engil no fue quien abandonó las obras de infraestructura educativa, quien las abandonó fue el Fondo de Financiamiento de la Infraestructura Educativa (FFIE) ya que en ellos recaen las siguientes circunstancias, 56 incumplimientos graves en las ordenes de inicio de la construcción de los colegios que a hoy no se recibieron”, agregó Leyva.
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Por su parte, el presidente de la compañía aseguró que el Gobierno les retuvo 27 mil millones de pesos, lo que conllevó, según su explicación a retrasos y la terminación del contrato.
“Ya hay una intención de terminar todos los otros contratos y tomamos la decisión de salir, no por falta de capacidad sino porque entendemos que esa es la intención del FFIE”, aseguró Pedro Teixeira, presidente del consorcio portugués.
La consecuencia inmediata fue el anuncio de una demanda al estado:
“Ya tenemos una demanda presentada relativamente por unos incumplimientos aunque no tenemos una respuesta directa por la entidad”, indicó.
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En un comunicado el Gobierno Nacional aseguró que se le pagó la totalidad a la compañía, que ha dado total cumplimiento a los acuerdos contractuales y que la terminación de los contratos es para velar por el bienestar de los niños.
Los departamentos más afectados por las obras inconclusas son: Antioquia, Chocó, Nariño y Risaralda.
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