La Corte Suprema de EE.UU. rechazó considerar el caso de la empresa de frutas y verduras Chiquita Brands, contra quienes varias víctimas del conflicto colombiano habían interpuesto varias demandas por violaciones de los derechos humanos.
El alto tribunal estadounidense rehusó escuchar los argumentos de las víctimas signatarias de las demandas, quienes acusan a la compañía de haber participado en violaciones de derechos humanos al haber financiado a grupos paramilitares.
El caso, que lleva ocho años en los juzgados, fue revisado ya por dos cortes de apelaciones estadounidenses el año pasado, que concluyeron también que no corresponde a la Justicia de Estados Unidos discernir sobre una situación de este tipo, en la que las supuestas violaciones se produjeron en territorio colombiano.
Precisamente, ese era el argumento de la multinacional, que radicada en Charlotte (Carolina del Norte), defendía que el juicio debería celebrarse en Colombia y no en Estados Unidos.
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Los familiares de víctimas de paramilitares en Colombia se habían amparado en la Ley de Protección contra la Tortura para denunciar torturas, lesiones personales y muerte a manos de estos grupos.
Chiquita Brands International, que cerró sus operaciones colombianas en 2004, admitió en 2007 que había pagado a paramilitares colombianos 1,7 millones de dólares, según la empresa, "bajo presión", por lo que llegó a un arreglo judicial que le supuso una multa de 25 millones de dólares.
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En el caso de que quieran seguir adelante, los demandantes deberán comenzar desde cero el proceso judicial en territorio colombiano.