En la Unidad de Reacción Inmediata (URI) de Engativá, por ejemplo, decenas de detenidos no han podido ser trasladado a las cárceles asignadas por los jueces.
Y no solo están sentados en escaleras y esposados a barandas, también se han visto obligados a utilizar las sillas de las salas de espera como camas mientras esperan su traslado.
Pero la grave situación de hacinamiento no solo se presenta en esa URI. En las celdas de la Fiscalía de Kennedy, en el sur de Bogotá, permanecen aún el escuadrón antidisturbios de la Policía y los bomberos, alertas tras el amotinamiento que se presentó en las últimas horas.
El director del Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (Inpec), general Adolfo Ricaurte, pidió ayuda a los alcaldes y dijo que se está trabajando intensamente para solucionar el problema.
"Todos esos casos hay que revisarlos. Todo está colapsado con sindicados de hasta tres años", agregó.
Lo cierto es que, mientras tanto y poniendo en riesgo vidas, la situación carcelaria por la crisis de salubridad y hacinamiento se agudiza más cada día.
Updated: abril 09, 2015 06:50 p. m.