Esta situación se presenta tras el cierre de la primera compuerta de casa de máquinas del proyecto Hidroituango.
Yomar Palacio tiene 28 años de edad y es pecador en este corregimiento de Valdivia, según él, la disminución en el caudal del río le ha dificultado a él y sus compañeros lograr buena pesca para vender debido a que los pescados se han alejado de la orilla buscando oxígeno en otras zonas más profundas.
"Después del cierre de la compuerta el 16 de enero tuvo un bajón de aproximadamente un metro, pero se ha mantenido estable entre 1.90 y 1.95 metros el caudal al paso por el río", señaló el capitán Jader Gómez comandante de bomberos de Valdivia.
Los productos también se han encarecido, pues la libra de pescado que antes costaba 6 mil pesos ahora tiene un costo que va entre 8 mil y 9 mil pesos.
"El pescado ya es escaso entonces los pescadores se ven obligados a venderlo más caro de lo que normalmente lo comprábamos", manifestó Edwin Barreto.
Los mineros también reportan dificultad para realizar su actividad, aseguran que la arenilla de dónde extraen el oro se queda represada en la parte alta de la presa por la reducción en las corrientes de agua.
Nueve meses después de la emergencia en el proyecto Hidroituango, las calles de Puerto Valdivia aledañas al río aún permanecen con sillas, televisores, mesas e incluso lámparas abandonadas.
Las familias se reunieron este domingo con directivas de EPM para avanzar en la entrega de subsidios y recuperar las pertenencias que la creciente se llevó.
Updated: febrero 04, 2019 03:20 p. m.