En Barrancabermeja, murió supuesto extorsionista que se enfrentó a bala con el Gaula de la Policía

Un hombre que acababa de recibir 10 millones de pesos producto de una extorsión en Barrancabermejafue sorprendido por el Gaula de la Policía del Magdalena Medio. Tras el encuentro se desató una balacera y el sujeto terminó perdiendo la vida.

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De acuerdo con el reporte oficial, el presunto criminal venía extorsionando a un comerciante del corregimiento El Llanito, en Barrancabermeja, razón por la que el Gaula inició un operativo para dar con su captura.
Sin embargo, el hombre intentó escapar del lugar y desenfundó un arma contra los uniformados, quienes rápidamente reaccionaron. El supuesto extorsionista resultó herido y fue trasladado a un centro asistencial, donde se confirmó su muerte.

“En el marco de un plan choque de nuestras unidades del Gaula, en un plan antiextorsión, una persona resulta lesionada con arma de fuego en procedimiento policial. Inmediatamente, nuestras unidades trasladan esta persona a un centro asistencial. Es de resaltar que esta persona herida saca un arma de fuego y atenta contra nuestras unidades. Se le incauta una pistola, una motocicleta, un celular y una libreta de anotaciones donde venían relacionadas diferentes víctimas producto de la extorsión”, informó el coronel Luis Alejandro Cubillos, comandante del Departamento de Policía Magdalena Medio.

Según Cubillos, el señalado extorsionista fue identificado como Pedro Traslaviña.

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Policías habrían cambiado las placas de vehículo oficial para cometer dos asesinatos

Las investigaciones establecieron que las dos víctimas iban en un bus con destino a San Onofre, Sucre. En una estación de servicio de dicho municipio, los dos hombres fueron obligados a subir a vehículos oficiales de la Policía, en donde ocurriría la tortura y asesinato de ambos. Sus cuerpos fueron encontrados en un basurero de San Nicolás de Bari, zona rural de Lorica, Córdoba.

Previo al crimen, los uniformados adscritos al Gaula de Sucre, cometieron presuntamente varias irregularidades. El 29 de junio de 2022, un día antes del crimen, luego de reportarse un ataque contra un Policía en Betulia, cuatro de los agentes judicializados habrían realizado vigilancias en la casa de una de las víctimas sin ningún tipo de orden judicial. También le incautaron, al parecer de manera ilegal, el teléfono a uno de los hombres para seguir todos sus movimientos.

El 30 de junio, ocho de los uniformados que en ese momento pertenecían al Gaula se dirigieron al terminal de transporte de Sincelejo y se habrían comunicado con la unidad de Tránsito para detener el bus donde iban los dos hombres y una de sus parejas.

En el peaje La Esperanza, entre Sincelejo y San Onofre, el bus fue detenido y la mujer obligada a bajar con la excusa de que sus documentos eran irregulares. El vehículo continuó su camino y, kilómetros más tarde, hizo una parada en la estación de servicio San Onofre, donde descendieron las víctimas.

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En dicho lugar, los dos hombres habrían sido obligados a subir a vehículos oficiales de la Policía, de los cuales a uno le cambiaron las placas por unas falsas. Dentro de los carros, los dos individuos fueron amarrados, golpeados y heridos con armas de fuego hasta causarles la muerte, según las indagaciones.

Los rastreos de las señales de los celulares de los nueve policías y los registros de las cámaras de seguridad los sitúan en varios de los lugares transitados por los dos hombres hasta el sitio exacto en el que fueron dejados sus cuerpos, que fueron hallados el 1 de julio de 2022.

Por todo lo anterior, un fiscal del Grupo de Homicidios Colectivos de la Delegada para la Seguridad Territorial les formuló cargos a los procesados.

Por petición del ente acusador, los 9 uniformados recibieron medida de aseguramiento en un centro carcelario.