Con esto, culminan 32 años de sufrimiento para los parientes de esta persona, quienes ahora exigen que se investigue si murió dentro o fuera del palacio.
Mónica Molina Beltrán, alias ‘Marcela’, desapareció el 7 de noviembre 1985, durante su participación en la toma del Palacio de Justicia perpetrada por el grupo guerrillero M-19 un día antes.
“Jamás, el Estado colombiano quiso reconocer que ella era una desaparecida, solo hasta en los últimos años y a raíz, digamos, de todo el camino que se abrió con los desaparecidos del palacio”, dijo Patricia Molina, hermana de la víctima y concejal de Cali.
“La adulteración de la escena del crimen fue total, los mezcla de los restos óseos, por ejemplo, es inexplicable”, dijo Eduardo Carreño, abogado de las víctimas.
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Junto con Mónica, más de 10 personas fueron reportadas como desaparecidas. Desde ese momento, su familia ha pedido que se haga justicia.
“Cómo el Estado le pone fin a esto, pero cómo, además, le dice a las familias la verdad absoluta, porque sin verdad no hay ni justicia, ni reparación”, sostuvo Molina.
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Los restos óseos de la joven, quien para la época de su desaparición tenía 20 años y era militante del M-19, fueron hallados en el 2014 dentro de una fosa común del Cementerio del Sur de Bogotá. Según su hermana María Fernanda Molina, “se encontraron en dos cajas separadas”.
“De modo que ha sido un proceso de 2014 hasta la fecha, decidimos recibir lo que se encontró de mi hermana, que no es mucho, porque creemos que es un momento importante de hacer cierre”, afirmó.
Por su parte, Pablo Cala, defensor de derechos humanos, indicó que, “cuando aparece alguien, desaparece otro”, pues, por ejemplo, “hay magistrados cuyas familias los habían sepultado pensando que eran ellos y hoy están desparecidos”.
“Entonces, estamos, en algunos casos, cerrando ciclos de búsqueda de 32 años y, en otros, abriéndolos”, sostuvo el defensor de derechos humanos.
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La Fiscalía aseguró que con la entrega de una parte de los restos de Mónica Molina Beltrán, no finaliza la investigación.