Un deterioro lento pero progresivo se ha vivido entre ambas naciones desde que el sucesor de Hugo Chávez llegó al poder.
Incontables incidentes en la frontera, el cierre de los canales de comunicación y el rol de liderazgo asumido por el gobierno de Iván Duque para denunciar al régimen vecino, tienen las relaciones diplomáticas al borde de la ruptura.
Mucha agua ha corrido bajo el puente, y muchos venezolanos sobre él desde que Nicolás Maduro asumió la presidencia de Venezuela el 19 de abril de 2013.
Unas cuestionadas elecciones relámpago tras la muerte de Hugo Chávez concretaron el traspaso de poder, que ya había trazado en sus designios finales el enfermo comandante.
Hubo protestas en las calles cuestionando la elección, pero el entonces presidente de Colombia Juan Manuel Santos asistió a la ceremonia de posesión discretamente.
Era un respaldo incómodo pero indispensable para consolidar los diálogos paz con las FARC.
Poco a poco, pero irreversiblemente, la enemistad fue saliendo a flote y cuando Santos endureció sus posturas públicas sobre la Asamblea Constituyente y otros temas, Maduro contraatacó: “hay que ver que es bien traidor y malagradecido Juan Manuel Santos. La única cosa que hizo en sus 8 años de Gobierno fue firmar el acuerdo de paz con las FARC. Y lo hizo gracias a Chávez y humildemente de este autobusero que está aquí”, manifestó en julio de 2017.
Las relaciones se deterioraron y el gobierno Santos se cerró con un incidente que las puso en su punto más bajo: un presunto atentado con drones contra maduro, en medio de un acto militar. “Juan Manuel Santos está detrás de este atentado", apuntó en ese entonces.
Mucho antes de ser presidente, ya Iván Duque había dejado clara su postura. En representación del Centro Democrático, fue uno de los congresistas que denunció al gobierno de Maduro ante la Corte Penal Internacional de La Haya.
Desde su llegada a la Casa de Nariño, Duque tuvo que enfrentar el éxodo de cientos de miles de venezolanos y asumió la vocería para pedir presión política sobre Caracas a la región.
Cerró filas con su homólogo estadounidense, Donald Trump, en ese propósito. Entonces se agitaron los rumores sobre acciones de hecho y planes de intervención.
También a comienzos de diciembre, Colombia denunció ante la ONU la detención arbitraria de 59 nacionales presos desde hace dos años acusados de paramilitarismo.
Para terminar de complicar las cosas, fue expulsado del país el asesor externo de la Embajada de Venezuela en Bogotá, Carlos Pino García, señalado de realizar actividades que atentan contra la seguridad nacional. El gobierno de Maduro respondió y expulsó entonces al cónsul colombiano en Caracas, Juan Carlos Pérez.
“El canal diplomático con Venezuela sigue abierto, a través del encargado de negocios de Colombia en Caracas”, manifestó el canciller Carlos Holmes Trujillo.
La visita del secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, a Cartagena empezando el año y las gestiones colombianas para lograr el desconocimiento del Grupo de Lima al segundo periodo de Maduro, y sanciones individuales de esos países para presionar al régimen, dejan las cosas a un sólo paso: la ruptura.
Updated: enero 10, 2019 01:36 p. m.