Todo el plátano y el maíz que sembraron en la comunidad indígena de Dos Bocados se los llevó el río Juradó. Los pollos y los cerdos que tenían también se ahogaron.
En Juradó, el 80% de la zona urbana y el 40% de la rural están afectadas por la creciente súbita de dos ríos.
“Esta avalancha está arrastrando todos los enseres de las comunidades, estamos pidiendo ayuda”, dice Brandon Origama, uno de los afectados.
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La alcaldesa de Juradó, Jenny Rivas, asegura que aunque las aguas bajaron, la seguridad alimentaria está en riesgo.
“Nos vamos a enfrentar a una situación bastante crítica porque después de esta inundación todos los indígenas perdieron sus cultivos y ellos son los que abastecen permanentemente a la cabecera municipal”, dice Rivas.
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En el centro de Chocó, las familias del Carmen de Atrato que viven en las laderas del río Atrato están en alto riesgo. El fuerte caudal podría generar nuevos deslizamientos.
A través de la Fuerza Aérea se entregaron en el Carmen de Atrato 2,5 toneladas de ayudas humanitarias enviadas por la Unidad Nacional de Gestión de Riesgos.