La rama judicial en Antioquia emprendió una carrera contrarreloj para dar con un intérprete que le dé una mano en un caso judicial.
La historia comienza con la captura de S. E. C., una mujer originaria de Hungría, que fue detenida el lunes porque, según la Policía Antinarcóticos del aeropuerto Internacional José María Córdova, de Rionegro (Antioquia), llevaba consigo cocaína.
La droga fue descubierta en unos chocolates que la mujer llevaba, informó la Policía, en su equipaje. Sucedió cuando la turista arribó a la salida de vuelos internacionales, donde se debía presentar a las 11:30 a.m.
Luego de hallar el alcaloide, los funcionarios trasladaron a la mujer a una sala especial, verificaron el contenido y establecieron que se trataba de 1.800 gramos de cocaína que estaban ocultos en los chocolates de diferentes presentaciones.
Según informó el coronel Néstor Pineda Castellanos, comandante de la Policía de Rionegro, la mujer fue trasladada a la Fiscalía y puesta a disposición para que fuera judicializada.
Una vez en manos del ente acusador comenzó el calvario de la justicia, pues esa entidad no cuenta en la región con un traductor de húngaro que permita darle a entender a la detenida sus derechos, que le informe que se debe surtir el trámite de la solicitud de legalización de su captura (por medio de la cual le debe demostrar a un juez de control de garantías que no se la han violado sus derechos), que le van a imputar un delito y que podría ser enviada a prisión. Para esa diligencia tiene 36 horas desde el momento de la detención, de lo contrario se violarían los derechos de la detenida.
Su caso está radicado, según informó la rama judicial, en el Juzgado Primero Penal Municipal con Función de Control de Garantías de Rionegro, municipio ubicado a 60 minutos de Medellín en carro.
Allí esperan que el reloj no sea más rápido que los funcionarios que están a toda máquina tratando de ubicar un traductor, diligencia que ya se realiza con ayuda de la Universidad de Antioquia.
Lo grave es que la mujer además de ser húngara, es miembro de la etnia magyar, la cual se comunica por medio de una lengua que lleva el mismo nombre y que solo es hablada por unos 15 millones de personas, nueve de los cuales están en Hungría.
Noticias Caracol conoció que la rama judicial ya se contactó con la embajada húngara en Colombia, sin embargo, desde allí les manifestaron la posibilidad de facilitarles un traductor, pero este se encuentra en Bogotá -a 30 minutos en avión u 8 horas de viaje en carro hasta Rionegro- y aún no está disponible.
El experto abogado penalista Héctor Manolo Pinzón le explicó a Noticias Caracol que en caso de no hallar el traductor, la mujer nacida en Soprón podría quedar en libertad, pero quedar vinculada al proceso y sin posibilidad de salir del país, en espera de que aparezca alguien que le diga que cometió un delito –tráfico de drogas- que podría significarle una condena de entre 8 y 12 años de cárcel.
Foto: Cortesía Policía
Updated: septiembre 18, 2018 05:06 p. m.