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La queja de unos pocos que habría obligado a bajarle el volumen a eucaristía a la que asisten miles

La queja de unos pocos que habría obligado a bajarle el volumen a eucaristía a la que asisten miles

Esto es lo que tendrá que hacer una iglesia católica para poder continuar con una celebración religiosa que realiza los lunes. La decisión causó fuerte polémica.
En la parroquia Nuestra Señora de Fátima, ubicada en el barrio Granada, noroeste de Cali, se hace una eucaristía a la que asisten cerca de tres mil personas.
La determinación de la autoridad ambiental es que el sacerdote retire algunos bafles instalados y otros adicionales que se usan para esta eucaristía.
Se trata de la celebración de la Coronilla a la Divina Misericordia, que se hace los lunes a las 6:00 de la tarde en dicho templo para la cual se instalan bafles adicionales en las afueras.
Tras una medición del Dagma, autoridad ambiental de la capital del Valle del Cauca, por una queja anónima, los expertos detectaron que la misa registra 75.5 decibeles, cifra que supera el nivel permitido de 65.
La idea es que el padre eliminé esos bafles en su misa del próximo lunes, en su oración del próximo lunes, y utilice unos bafles que tiene en la parte externa de la iglesia”, dijo Alejandro Paz, subdirector del Dagma.
Sin embargo, el sacerdote considera que la determinación de la autoridad ambiental es desproporcionada.
“Una medida tan violenta como el cierre total de las celebraciones me parece que es un poquito exagerada”, dijo Omar López, presbítero de la parroquia.
 

¿Qué dicen vecinos del templo sobre los niveles del ruido?

 
No me molesta el ruido, nos gusta la misa que hace el padre. La coronilla es muy bonita”, dijo Esperanza Quintero, quien vive frente a la iglesia.
Si los que se están quejando, que no son católicos, que son dos o tres personas, que no son del frente, sino del edificio, pues, entonces, que vendan y se vayan”, afirmó Janeth Gallego, quien también vive al frente del templo.
Algunos feligreses también rechazaron la medida.
Hay otros sitios que, en realidad, sí merecen que se les baje o se le sancione”, afirmó Fernando Urbina, feligrés de la iglesia.
“No estoy de acuerdo porque prevalece la multitud sobre intereses como particulares”, aseguró, por su parte, Aída Cruz Mosquera, feligresa de la iglesia.
El Dagma anunció que hará seguimiento a los niveles de ruido para decidir si se levanta o no la medida. Los feligreses que constantemente asisten a este templo le piden a la autoridad ambiental reconsiderar su decisión.
 

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