Chigüiros, galápagos, tortugas, reptiles, venados, osos palmeros, peces, ganado, cerdos silvestres, entre otros, fueron las víctimas del inclemente verano.
La comunidad no solo se vio impotente ante la mortandad de animales, sino que además estuvo expuesta a enfermedades por el estado de descomposición de estos y la dificultad para recoger los cuerpos.