La comunidad es presa del pánico que producen las balaceras, en ocasiones, el comercio se ve obligado a cerrar sus puertas.
Arelys Fuentes, afectada por los ataques de las pandillas, dice que "de noche y de día estamos con miedo de que nos puedan matar".
Los habitantes del sector manifiestan que a veces la fuerza pública también es víctima de los ataques, cuando pretende neutralizar a los pandilleros de alta peligrosidad.
Según las autoridades, los enfrentamientos entre estos jóvenes en el suroriente de la ciudad, dejan 3 heridos, 25 muertos y más de 50 saqueos.