Pese a que el jugador de 26 años la vida le jugó una mala pasada tres años atrás, hoy, contra todos los pronósticos médicos, muestra claros síntomas de recuperación.
Cuando su carrera como futbolista empezaba a florecer, Jefferson Herrera recibió un disparo en el cuello
que lo sentó en una silla de ruedas. El lamentable hecho ocurrió el 1 de enero de 2016 en momentos en que se opuso a un atraco en el barrio Ulpiano Lloreda, oriente de Cali.
Para ese entonces, su pronóstico era desalentador, una cuadriplejia que lo dejaría postrado en una cama por muchos años.
“Estoy seguro que va a llegar, aún más cuando veo tanta recuperación, de solo mover la cabeza y ya poder hacer marcha con ayuda, creo que las cosas, siempre y cuando tú te propongas hacerlas, se van a dar”, señala Jefferson.
Es precisamente esa fe lo que lo mueve, la que rápidamente y en contra de cualquier diagnóstico médico lo levantó.
"El cuadro clínico es cuadriplejia, pero en este caso su lesión, aunque es compleja, puede compartir terapias con pacientes que son parapléjicos", dice Xiomara Pérez, fisioterapeuta.
Tres años después del incidente, Jefferson lleva su historia por todos los barrios de Cali, una terapia que lo llena de vida.
Paso a paso avanza su recuperación. La fe y la ilusión de volver a jugar no lo dejan caer, cada vez es más independiente este zaguero que defiende sus sueños como un día lo hizo en la cancha, porque para Jefferson este partido, quizá el más difícil de su vida, aún no termina.
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Updated: febrero 26, 2019 07:23 p. m.