La víctima mortal de este presunto ataque sicarial fue Henry Prado, un pequeño de ocho años que jugaba en la puerta de su casa. Una bala perdida, producto del atentado contra un adulto, le causó la muerte.
“Sentados en la puerta cuando de repente sentimos la balacera y salimos corriendo; él no alcanzó a correr”, narró Wendy Zamora, progenitora de la pequeña víctima, quien aseguró que al auxiliarlo no notaron sangre, pero “cuando lo levantamos le vimos el huequito en la barriga”.
Autoridades revelaron que el ataque iba dirigido contra un motociclista, quien finalmente salió ileso. No obstante los disparos dirigidos al hombre impactaron a una pareja de 17 y 16 años que pasaban por el lugar.