“Nosotros somos luchadores populares, revolucionarios, no estamos cometiendo crímenes contra el pueblo”, dijo el 18 de octubre de ese año, al iniciar diálogos.
Así mismo, en reiteradas ocasiones, frente a las cámaras de televisión, Jesús Santrich negó que él o las FARC tuvieran vínculos con el narcotráfico.
Y es que, como negociador en el proceso de paz, el jefe guerrillero no solo rechazaba las actividades ilícitas relacionadas con el negocio de la droga, sino que también pedía desmontar lo que él llamó narcoparamilitarismo.
“La política antidrogas tendrá uno de sus ejes en la identificación de las estructuras del poder narcoparamilitar, criminal y mafioso, entronizadas en el Estado, en consideración a que dichas estructuras constituyen un factor esencial para la persistencia y reproducción de la industria criminal del narcotráfico”, dijo el 26 de febrero de 2014.
Cuando los entonces miembros de las FARC fueron cuestionados sobre su actividad como narcotraficantes, sostuvieron que esto era un montaje de los medios de comunicación.
El mismo 26 de febrero, Santrich alegó: “De esas cosas dicen todos los días y más. Lo que ustedes no difunden es, por ejemplo, las denuncias que ha hecho cierto gobernador de un estado de Estados Unidos, donde se dice la implicación directa enorme que tiene la Central de Inteligencia Americana, la CIA, que es la que de cierta manera conduce la guerra en Colombia”.
Según expertos, el partido de la FARC podría perder la curul asignada a Santrich en el Congreso. ¿La razón? Se trata del delito de narcotráfico y en este caso aplicaría la figura de la silla vacía.
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Updated: abril 10, 2018 01:45 p. m.