Sus primeros años los vivió en una casa localizada en la calle 36 con carrera 25, en pleno corazón de la ciudad bonita.
El recuerdo de esta importante casona no se marchita, a pesar de que sus paredes y ventanas parecen resquebrajarse con el paso de los años.
Si bien la vetusta casa, donde Luis Carlos Galán nació el 29 de septiembre de 1943, refleja deterioro y abandono, el sentimiento de los santandereanos permanece intacto.
"Lo recuerdo de una manera maravillosa, un gran líder político, ese real líder que necesitaba Colombia para ser presidente de la República", dice Alfredo Martínez, habitante de Bucaramanga.
Otros residentes de la capital de Santander, como Luz Marina Rueda, manifiestan que le dieron “mucha importancia por su honestidad”.
“Reflejaba ser honesto. Si hubiera cogido el mandato, con su honestidad, hubiese sacado adelante el país. Todavía lo recuerdo como si fuera ayer", señala.
Bucaramanga, su ciudad natal, donde creció, no lo olvida. Por eso, los habitantes no niegan el dolor que aún sienten desde que, el 18 de agosto de 1989, manos criminales se lo arrebataron al país.
"Lo recordamos por una simple lógica, no hay líderes políticos desde que él murió. Lo mataron injustamente. Acabaron con lo único que teníamos los santandereanos para llegar a ese mandato de la presidencia", anota el ciudadano Jairo Ramírez.
“Galán es un hombre que, aunque viene de una familia política y clase que ha detentado el poder siempre, sí tenía una intención no solo de renovación, sino también una actitud tajante y clara en contra de la corrupción, las mafias y el narcotráfico”, dice la socióloga Paloma Bahamón Serrano.
Dicen que no solo se fue un líder oriundo de Santander, sino con proyecciones en favor del país.
"Para mí fue muy triste, porque era un hombre que tenía muchas cualidades con los pobres. Uno, al sentir que lo matan, recibe una impresión muy grande, me afectó mucho y todavía", afirma Edelmira Terán, habitante de Bucaramanga.
En su honor, hace diez años fue levantado un monumento con su rostro en la plaza cívica que lleva su nombre, en el centro de la capital santandereana.
“Si hubiera sido presidente de Colombia, habría abogado por nuevas formas de economía donde la minería no tuviera tanto peso y donde la ganadería no afectara la distribución de la tierra ni a los campesinos. Galán era sencillo, tenía una actitud amable con la gente y, ahora, es un símbolo”, explica la socióloga Bahamón.
Hoy, en memoria de los 30 años que se cumplen de su asesinato, el artista Édinson Arenas creó un cubo gigante en la entrada del Palacio de Justicia, el cual simboliza un ataúd y el color rojo, la sangre, como reclamo a la muerte del recordado político.
"Era una persona muy importante para Colombia, lamento bastante que los narcotraficantes lo desaparecieron y, Dios quiera, que se aclare la muerte de este hombre”, afirma Pedro Orejarena, otro habitante de la capital de Santander.
Con nostalgia, orgullo y coraje, así es recordado Luis Carlos Galán Sarmiento en su ciudad natal.