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Rafael Ricardo llegó a tocar en el cumpleaños de la mamá de Pablo Escobar, su gran admirador

El talento de Rafael Ricardo con el acordeón conquistó a muchos fanáticos del género vallenato. Entre ellos estuvo el temido narcotraficante Pablo Escobar, quien lo escuchó tocar desde la cárcel.

Rafael Ricardo fue un músico vallenato que emocionó a miles de corazones con su manera de interpretar el acordeón hasta sus 73 años, cuando murió a causa de un accidente cerebrovascular. Su talento, único y admirado por muchos, logró atrapar incluso al narcotraficante Pablo Escobar y su cuñado Carlos Mario Henao, dos de sus grandes fanáticos.

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Gracias a su reconocimiento nacional como uno de los mejores intérpretes de la música vallenata con su acordeón de piano, Pablo Escobar y su cuñado no concebían una fiesta sin la música de Rafael Ricardo. El poder de estos personajes y la fama del acordeonero llegaron a juntarlos en varias ocasiones.

Ramiro Ricardo, hermano del acordeonero, recuerda que en su momento "Rafa fue muy, muy amigo de Mario Henao, tanto así que le regaló un acordeón". Esta relación llevó al artista nacido en San Juan Nepomuceno, Bolívar, a interpretar su música en celebraciones especiales de la familia del temido líder del cartel de Medellín.

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Según recuerda el hermano de Rafael Ricardo, en algún momento el regalo especial de Pablo Escobar para su madre fue una parranda del acordeonero. "Cuando cumplió la mamá de Pablo Escobar, Mario Henao se lo llevó a tocar en la casa, estando Escobar en la Catedral, y había circuito cerrado de televisión".

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Ricardo es recordado especialmente por sus colegas por ser uno de los primeros acordeoneros en incluir en el género vallenato el instrumento de viento que, además, tiene teclas de piano. La manera en la que él lo interpretaba era "sobrenatural" para alguno y él solo lo podía explicar como un don que le entregó Dios, pues nunca tuvo formación musical.

"El talento le brotaba del cuerpo como el sudor y le corría por la venas como sangre", recuerda el músico Hernando Sierra, gran amigo del acordeonero. Pero, además, quienes lo conocieron sabían que no solo su manera de tocar el acordeón era de aplaudir, también su voz.

Rafael Ricardo tenía una voz prodigiosa para interpretar boleros y hasta rancheras. "Él era muy humilde, muy sencillo y no reconocía ese don tan maravilloso que tenía en su voz", señala Laura Silgado, su prima.

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