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Las cargas policiales y la decisión de la organización de neutralizar la carrera a 8 kilómetros de la línea de meta marcaron la decimosexta etapa de la Vuelta a España, que se disputó este martes entre las localidades pontevedresas de Poio y Mos.
Agentes de la Guardia Civil y la Policía Nacional tuvieron que intervenir debido a la manifestación de numerosas personas que se concentraron en el Alto de San Cosme para protestar por la presencia del equipo Israel-Premier Tech en la Vuelta a España.
Hubo momentos de tensión entre las fuerzas de seguridad y los manifestantes, lo que provocó que, a falta de quince kilómetros para la meta y cuando el español Mikel Landa y el colombiano Egan Bernal marchaban escapados, la organización anunciara que “debido a una protesta que está bloqueando la carrera, el ganador de etapa y los tiempos para la clasificación general se decidirán a ocho kilómetros para la línea de meta”.
Fuentes de la Delegación del Gobierno confirmaron a Efe que no se produjeron detenciones, pese a que varios de los manifestantes propalestinos fueron identificados por los agentes.
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Las protestas propalestinas contra el "genocidio" de Israel en la Franja de Gaza obligaron este martes a interrumpir nuevamente la Vuelta Ciclista a España, una de las más importantes del mundo, esta vez a ocho kilómetros de meta de la decimosexta etapa, que discurría por carreteras de la región de Galicia (noroeste).
Las fuerzas de seguridad cargaron contra las numerosas personas concentradas e identificaron a varias, aunque sin detenciones, en el final de etapa, previsto en el alto Castro de Herville de la localidad de Mos, en la provincia de Pontevedra.
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Los manifestantes se oponen a la participación en la carrera ciclista del equipo Israel–Premier Tech, lo que ha provocado incidencias casi diarias en los sucesivos itinerarios de la competición, que discurre por varias partes del país.
La undécima etapa, disputada el 3 de septiembre en el País Vasco (norte), tuvo que ser acortada por seguridad y quedó sin ganador.
Cientos de personas secundaron hoy las protestas convocadas por el grupo Galiza por Palestina para denunciar la invasión militar israelí de Gaza al paso de la caravana ciclista por Pontevedra, con el grito de "¡No es una guerra, es un genocidio!".
En esa ciudad gallega, los manifestantes se concentraron en un puente y en una rotonda plagados de banderas palestinas.
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Gritos como "Las niñas de Gaza no son una amenaza", además de "El sionismo es terrorismo" o "Israel asesina, la Vuelta patrocina" se sucedieron a medida que pasaba el pelotón de la carrera ciclista española, considerada la tercera más importante del mundo después del Tour de Francia y el Giro de Italia.
Las protestas discurrieron sin incidentes, si bien la comitiva de la competición tuvo que aguantar abucheos y silbidos, especialmente los vehículos del equipo israelí.
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Un amplio despliegue de las fuerza de seguridad controló en todo momento a los manifestantes para impedir interrupciones, pero los agentes tuvieron que retirar un árbol atravesado en las rampas de una carretera.
"Debido a una protesta que está bloqueando la carrera, el ganador de etapa y los tiempos para la clasificación general se decidirán a ocho kilómetros para la línea de meta", dijo al final la organización de la prueba.