“Esta no es una joven cubierta de maquillaje, con el cabello bien cepillado y una sonrisa perfecta. Esta es una joven con Síndrome de Pfeiffer
(…)”. Quien escribe estas líneas es Renee DuShane, una universitaria de Boston, en los Estados Unidos, que ha aprendido a quererse a sí misma.
Su primera confesión la hizo en Tumblr
, donde reveló además haber sufrido de depresión durante varios años por su aspecto físico producto de su enfermedad de origen genético.
“Ella ha hecho cosas horribles para ser bonita”, reconoció en un mensaje que le ha dado la vuelta al mundo, gracias a la decisión de Renee de mostrarse tal cual era a través de las redes sociales.
Happy Easter :) Una foto publicada por Renee (@alittlepieceofinsane) el5 de Abr de 2015 a la(s) 9:59 PDT
Hablaba en tercera persona, para recordar a la vieja Renee. “Nadie la ha visto sin maquillaje o sin flequillo. Hasta ahora. Ella soy yo”.
Hoy, esta joven sabe lo que es el amor propio e invita a otros, que han sentido el rechazo de una sociedad que busca la belleza en lo exterior y no en lo interior, a ser fuertes y superar los estereotipos.
Visitar su cuenta en Instagram ‘alittlebitofinsane’
, con casi sesenta mil seguidores, es hacer un viaje a la felicidad, la dulzura, la amistad y el afecto.
El grito de la marmota
Las marmotas tienen fama de ser sociables, sin embargo, lo que pocos conocían es que también pueden resultar algo histéricas, como la que encontraron unos excursionistas que paseaban por la montaña Blackcomb, en Canadá.
Apenas los vio, este animal rechoncho comenzó a gritar. Su chillido agudo se parecía al que emiten algunos niños cuando hacen pataleta e incluso al alarido de una mujer al borde de un ataque de nervios.
El video sumaba este miércoles 663 mil reproducciones.
La tristeza de un bebé devorador de libros
Cuánto dieran muchos padres por que sus hijos amaran la lectura tanto como el bebé de un video subido a internet que, cada vez que su mamá termina de leerle un cuento, estalla en llanto.
La escena se repite una y otra vez cada día, y es que este niño no conoce tristeza más grande que escuchar la palabra “fin” o, simplemente, sentir que la tapa del libro se ha cerrado.
Basta con verlo, para entender que es un devorador de libros que nada en un mar de lágrimas cuando la lectura se acaba. El video está a punto de superar un millón de visitas.