Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Reciba nuestras notificaciones con lo último de:
Ahora no
Activar

Publicidad

Cabezote Los Informantes
Noticias Caracol LOS INFORMANTES Crudas imágenes del desastre ambiental causado por la minería ilegal de oro en Colombia

Crudas imágenes del desastre ambiental causado por la minería ilegal de oro en Colombia

La minería ilegal de oro arrasa el río Nechí, en el Bajo Cauca antioqueño: 96 dragas activas, 60.000 hectáreas devastadas y mercurio contaminando el agua ante la mirada ausente del Estado.

Thumbnail

El Bajo Cauca antioqueño, una de las regiones más biodiversas de Colombia, se desangra lentamente bajo el peso de una fiebre del oro que no enriquece, sino que destruye. En El Bagre, municipio en la ribera del río Nechí, la extracción ilegal de oro ha dejado de ser una amenaza para convertirse en una realidad devastadora. Allí, donde el agua debería ser fuente de vida, hoy es un cauce contaminado por mercurio, arrasado por dragas ilegales y testigo de una lucha desigual entre la legalidad y el crimen organizado.

Síganos en nuestro WhatsApp Channel, para recibir las noticias de mayor interés

El equipo de Los Informantes viajó hasta El Bagre para documentar la magnitud de la tragedia. A bordo de una lancha, recorrieron el Nechí, un río que alguna vez fue símbolo de riqueza natural y que hoy es una herida abierta. La bióloga Brigitte Baptiste, reconocida por su defensa de la biodiversidad, acompañó la travesía junto a representantes de Mineros S.A., la única empresa legal que opera en la zona.

El panorama es desolador: 96 dragas ilegales, estructuras grandes comparables con edificios de ocho pisos, operan día y noche sin descanso. “Tú ves acá al frente de El Bagre construyendo más dragas o en un tránsito de combustible enorme… y no hay ningún control”, denunció Santiago Cardona, vicepresidente de Mineros S.A.

Colombia enfrenta una crisis ambiental por la extracción ilegal de oro en el Bajo Cauca
Colombia enfrenta una crisis ambiental por la extracción ilegal de oro en el Bajo Cauca
Foto: Los Informantes

Estas dragas no solo destruyen el lecho del río, sino que emplean mercurio para separar el oro de los sedimentos, un metal pesado que contamina el agua, envenena la fauna y pone en riesgo la salud de miles de personas.

Publicidad

La problemática de la extracción ilegal de oro

Mineros S.A., con 14 dragas legales, intenta resistir en un entorno cada vez más hostil. “Soy orgullosamente minero, pero la minería es una actividad legal, sostenible y que genera valor a la sociedad”, afirmó Cardona. Sin embargo, reconoce que la situación es crítica: “Esta minería ilegal, esta extracción ilícita es cuatro o cinco veces más grande que nosotros”.

La desigualdad en las condiciones es abismal. Mientras Mineros S.A. debe cumplir con estrictas regulaciones ambientales y sociales, los ilegales operan sin restricciones, sin seguridad industrial, y en muchos casos, hasta con menores de edad.

Publicidad

El oro del conflicto

La Procuraduría General de la Nación alertó en diciembre de 2024 que la extracción ilícita de minerales ha crecido un 93% en los últimos cinco años. Entre el 80 y el 85% del oro que se exporta desde Colombia tiene origen ilegal, y el 70% de ese oro está vinculado a grupos armados ilegales. “¿Ese oro termina financiando el conflicto? Sí”, afirmó.

El oro del Bajo Cauca no solo destruye el medio ambiente, también alimenta las arcas del Clan del Golfo, el ELN, las disidencias de las FARC y otras estructuras criminales.

96 dragas ilegales operan sin control en el río Nechí
96 dragas ilegales operan sin control en el río Nechí
Foto: Los Informantes

Una riqueza que no deja nada

El contraste entre la riqueza que se extrae y la pobreza que queda es impresionante. “¿Qué queda en el territorio de ese dinero? Nada”, lamentó Cardona. Mientras Mineros S.A. reporta una producción de entre 2,5 y 3 toneladas de oro al año, las cifras de exportación alcanzan las 50 o 60 toneladas. La diferencia, evidentemente, proviene de la ilegalidad.

“A veces nos sentimos muy solos, muy solos por el Estado, muy solos con la opinión pública que a veces nos estigmatiza como mineros legales y que definitivamente la ilegalidad nos está ganando”, confesó el vicepresidente.

Publicidad

Un panorama ambiental desolador

Desde el aire, la magnitud del desastre es aún más evidente. Los Informantes sobrevoló el río Nechí junto a la bióloga Brigitte Baptiste. Lo que vieron fue estremecedor: un territorio arrasado, cicatrices profundas en la tierra, cráteres, lagunas y un río que ha perdido su cauce natural.

“El Bagre es incluso solo un pedacito de lo que es el país de la extracción ilegal de oro especialmente”, explicó Baptiste. "Son unas cicatrices casi que irreversibles y es bien triste, bien frustrante ver esas cicatrices”, contó el vicepresidente.

Publicidad

La diferencia entre lo legal y lo ilegal

En medio del caos, hay una diferencia visible. De un lado, las hectáreas rehabilitadas por Mineros S.A., verdes y vivas. “Área que tocamos, área que rehabilitamos y además de eso compensamos en capacidad ecosistémica y diversidad. Cada hectárea que tocamos son siete hectáreas que compensamos”, explicó Cardona.

Del otro lado, la tierra arrasada por la extracción ilegal: sin vegetación, sin fauna, sin futuro. “La actividad ilegal no tiene ningún parámetro técnico, tiene un capital infinito para reinvertir en la extracción por encima de las normas, por encima de la gente y eso hace que sean miles de hectáreas las que son consumidas por ese extractivismo ilegal”, denunció Baptiste.

Nechí significa oro natural, río de oro y lo que se ve desde el aire es desolador.

"En cierta forma, lo que estamos atestiguando es el fin del mundo, el fin de un tiempo de extractivismo en el cual las sociedades y las personas como que vivimos de lo que había acumulado el planeta durante millones de años”, contó Baptiste.

Imágenes muestran la magnitud del daño ambiental por la extracción ilegal de oro
Imágenes muestran la magnitud del daño ambiental por la extracción ilegal de oro
Foto: Los Informantes / Mineros S.A.

Publicidad

La situación del río Nechí es un ejemplo claro: “¿Qué le pasa a un río como el río Nechí cuando se hace extracción ilegal? Pues lo primero es que las dragas las ubican en el cauce del río y van comiéndose la ribera para extraer el oro… hay una intoxicación de los alimentos con mercurio y una afectación de toda la biodiversidad”, añadió la bióloga.

Consecuencias que ya se sienten

Las consecuencias no son futuras, ya están ocurriendo. Las lluvias intensas de los últimos meses han evidenciado la fragilidad del ecosistema. Las inundaciones río abajo, hasta la desembocadura en el Cauca, afectan a miles de personas.

Publicidad

La ausencia institucional es evidente. No hay control sobre el tránsito de insumos, no hay vigilancia sobre las dragas, no hay protección para las comunidades. La extracción ilegal de oro avanza sin freno, mientras la legalidad retrocede.

Mineros S.A. puede dejar de existir porque si no atendemos esa situación de ilegalidad como Estado, no va a haber una empresa legal que pueda soportar eso”, advirtió Cardona.