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Cada 20 de mayo se celebra el Día Mundial de las Abejas. Expertos insisten en conservar y proteger a las más de 20 mil especies de estos insectos que existen en el mundo, responsables no solo de producir miel, sino de mantener un importante equilibrio en el ecosistema.
Estos maravillosos polinizadores son cruciales para el crecimiento de árboles, flores y otras plantas que sirven como alimento y refugio para animales de todos los tamaños.
Además, se prevé que al menos el 30% de los alimentos que comemos y el 80% de las plantas con flores dependen de las abejas, según el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF por sus siglas en inglés). Son esenciales para polinizar nuestros cultivos y que las plantas cultivadas brinden frutos y semillas.
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“La polinización es la forma en la cual las plantas se fertilizan y producen las semillas que dan origen a la siguiente generación. Y este fenómeno biológico surge de una relación con estos insectos, de manera que las abejas dependen del polen y el néctar de las flores para sobrevivir, y esta siguiente generación, en muchos casos, solo se va a producir con la presencia de estas abejas. Por eso la polinización es tan importante para el mantenimiento de los bosques y la riqueza y diversidad genética de las áreas naturales”, explicó Alejandro Parra, biólogo.
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La pérdida de hábitat, el uso de pesticidas, la aparición de plagas y el aumento de temperaturas asociadas al cambio climático amenazan la existencia de estos polinizadores.
“Las abejas están enfrentando diferentes problemas, problemas por la pérdida de hábitat y problemas también por el uso de agroquímicos en los mismos cultivos en los que se busca incrementar la producción de alimentos. Es por ello que se necesita tomar estrategias no solamente desde la legislación, sino también desde la investigación”, señaló André J. Riveros, investigador de la facultad de ciencias naturales de la Universidad del Rosario.
Sin polinizadores como las abejas, tanto la seguridad alimentaria como muchos otros servicios ecosistémicos estarían en riesgo. Sin estos pequeños animales, tan fundamentales para la polinización, todo el sistema corre el riesgo de colapsar, según la WWF.
Aunque es difícil predecir un marco de tiempo exacto para las consecuencias a largo plazo, es claro que la vida en la Tierra se vería gravemente afectada sin las abejas. La cadena alimentaria se desestabilizaría y, con ella, la seguridad alimentaria humana y la salud de los hábitats naturales.
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Según expertos de la Universidad de Chihuahua, en México, "sin las abejas, en un aproximado de 5 años el planeta se quedaría sin vida".
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