Estas perlas habladoras son el curioso invento de un joyero de California, Estados Unidos, que está cerrando la brecha entre la joyería tradicional y la alta tecnología.
Las perlas, cultivadas en Tahití, contienen un microchip que graba mensajes de voz o fotografías en ellas a través de una aplicación en el teléfono celular.
El mensaje cifrado se reproduce de la misma forma. Es una especie de relicario del siglo XXI.