En 1991, cuando un bus embistió el carro en el que iban, ella usó su cuerpo para evitar que el niño sufriera la peor parte. Él se propuso cuidarla y cumplió.
Desde aquella trágica tarde, Munira Abdulla estuvo en estado de coma, en un hospital de Alemania.
Su hijo Omar, quien para el momento del accidente tenía 4 años, creció entre hospitales y, sin perder la esperanza, se dedicó a ser su ángel guardián.
“Él sentía que ella había quedado así por protegerlo a él y desde entonces se dedicó a intentar curarla en señal de gratitud”, manifiesta el médico Friedemann Müeller.
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La perseverancia de Omar conmovió al príncipe heredero de Abu Dhabi, Mohamed Bin Sayed, quien desde hace dos años cubría los gastos médicos.
Esta semana, en medio de un fuerte altercado entre Omar y un médico, Munira despertó. Dicen que su instinto maternal, al parecer, fue lo que la hizo volver en sí después de 28 años en coma. Los especialistas quedaron sorprendidos.
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“Un paciente con este historial médico no podrá volver a caminar, pero puede comunicarse con su familia, incluso recordar el pasado, reír y llorar”, explicó el doctor Müeller.
Munira ya regresó a casa, donde en tan solo unos días ha logrado empezar a formar oraciones para expresarse.
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