Algunos expertos rechazan los argumentos del presidente Trump para negar visas a mujeres embarazadas. Otros las apoyan.
La resolución del Departamento de Estado empezó a regir este viernes y promete un remezón en los trámites consulares para mujeres en estado de embarazo, al añadir un parágrafo a la ley de inmigración y nacionalidad que obliga a negar una solicitud de visa si el funcionario consular tiene razones para creer que dará a luz durante su estadía en los Estados Unidos, mientras viaja con el objetivo principal de obtener la ciudadanía estadounidense para un niño.
Según la Constitución de Estados Unidos, todo bebé nacido en suelo estadounidense es automáticamente ciudadano. Un principio que según la administración Trump ha ocasionado la práctica de "turismo de nacimiento", es decir, mujeres en estado de embarazo que entran con visa de turismo, solo para tener a sus hijos en suelo estadounidense.
“(...) El turismo de nacimiento plantea riesgos a la seguridad nacional. La industria del turismo de nacimiento también está plagada de actividad criminal, incluyendo esquemas criminales internacionales (...)”, señaló el mandatario.
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El abogado John Maxwell no lo cree así: “No creo que sean un riesgo para la seguridad nacional, los bebes (risas)”.
Algo parecido cree Gin Adams, un ciudadano: “No es como si ellas fueran a tener una bomba en su barriga”.
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Otra cosa cree otra ciudadana, Emily Green: “Pienso que es un mal uso de la increíblemente generosa ciudadanía y las garantías que tenemos”.
La resolución establece un protocolo para que el oficial consular determine si el propósito de la mujer en embarazo es viajar para tener a su hijo en suelo estadounidense. No obstante, la ciudadanía considera que dicho protocolo es insuficiente y que la decisión estará exclusivamente a discreción del oficial consular.