Los interrogantes no solo se centran en saber de qué manera llegaron monedas, pilas, piedras y hasta tijeras a su organismo, sino en cómo sobrevivió tantos años con estos cuerpos extraños.
Más de 100 personas iban a bordo de la embarcación, superando la capacidad de la misma. Prácticamente todos los ocupantes pertenecían a la misma familia.
El daño que sufrió fue tan grave que le provocó un derrame cerebral y quedó sin pulso por diez minutos. Ahora solo puede mover los ojos y los dedos de los pies.