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Apareció el traductor y la húngara no se salvó de ir a prisión

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Tras horas de incertidumbre, la rama judicial halló un intérprete y pudo judicializar a la extranjera capturada con cocaína en el José María Córdova.
La mujer, identificada con las iniciales S. E. C., fue detenida el lunes en horas de la mañana cuando pretendía viajar desde el aeropuerto de Rionegro, Antioquia a Panamá, luego a Holanda y cuyo destino final era Viena (Austria).
Según la Policía, en su equipaje fueron hallados 1.800 gramos de cocaína que estaban ocultos entre chocolates.
El paso a seguir, de parte de las autoridades, era dejar a la mujer nacida en Soprón (Hungría), y miembro de una etnia conocida como magyar, en manos de la Fiscalía para que iniciara la judicialización por porte y tráfico de drogas, lo que puede significarle una sentencia de entre 96 a 144 meses de cárcel (8 a 12 años).
Sin embargo, ella manifestó que no hablaba ni inglés ni español, lo que obligaba a la consecución de un intérprete que le permitiera conocer sus derechos, el delito en el que estaba implicada y que podría ir a parar a prisión y ser condenada.
Justicia maniatada: por falta de traductor, extranjera detenida con droga podría quedar libre La Fiscalía tenía 36 horas para lograrlo. Contactaron con ayuda de la rama judicial a la Embajada de Hungría, que dijo poder ayudarlos pero su traductor más cercano estaba en Bogotá, a 8 horas en carro o 30 minutos en avión. También a la Escuela de Idiomas de la Universidad de Antioquia, que no halló un intérprete de húngaro disponible en sus bases de datos.
Y el reloj corría en su contra. Sin embargo, el ente acusador halló a un húngaro en San Pedro de los Milagros, un municipio ubicado a una hora de Medellín, y este hizo las veces de traductor.
Con su colaboración, la mujer pudo entender los señalamientos que le hizo la Fiscalía, que le imputó el inciso 3 del  artículo 376 del Código Penal Colombiano que tiene que ver con porte y tráfico de drogas y que podría significarle una sentencia en su contra de 96 a 144 meses de prisión.
La húngara dijo por medio de su compatriota que no aceptaba los cargos, pero la juez primero penal con función de control de garantías de Rionegro consideró  que es un peligro para la sociedad y que “por la probable no comparecencia al proceso, ya que no tiene arraigo en Colombia y tiene facilidades para salir del país”, decidió dictarle medida de aseguramiento intramural.
A pesar de que la defensa pidió que se le dictara detención domiciliaria y ella pudiera descansar en la casa de un amigo, la mujer fue enviada a la cárcel de Pedregal, en el occidente de Medellín, donde ya pasó su primera noche.
Foto: Cortesía Policía

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