Invariablemente todos los relatos de crímenes atroces cubiertos por la crónica judicial terminan centrándose en los monstruos que los perpetran. De los asesinos se llega a conocer prácticamente todo: hábitos, manías, traumas, pecados e incluso lo que podría llamarse ‘facetas humanas’ en dado que las tengan.
Poco o nada se llega a conocer de sus víctimas, muchas de ellas convertidas en registros o en el rostro de problemáticas recurrentes.
El caso de Yuliana Samboní muestra esta misma constante. Del vinculado al crimen de la pequeña prácticamente se conoce todo.
De ella, prácticamente nada.
De lo que se sabe, por lo que dicen sus parientes, era una niña muy dinámica, alegre y solidaria con sus compañeros.
Inquieta pero obediente, era líder entre los pequeños y responsable con las tareas encomendadas a su tierna edad. Era la primogénita, razón por la cual ayudaba además a cuidar a sus hermanitos, Nicole, quien a sus dos años y medio no comprende aún la dimensión del drama, y un bebé de año y medio.
Al momento de su asesinato, Yuliana esperaba otro hermanito. Sin embargo Nelly Muñoz, la mamá, se rompía la espalda como aseadora en un inmenso complejo de apartamentos por estrenar. Por la labor, le pagaban un modesto salario.
Conocida la tragedia, Muñoz fue echada del trabajo junto con otras dos parientes, sin previo aviso y debiéndoles la paga quincenal.
La afligida mujer dará a luz en abril en un embarazo considerado de alto riesgo debido al shock por la pérdida de la pequeña.
Quizás se sabría más de Yuliana si su vida no hubiese sido segada de manera tan brutal y temprana, del mismo modo que las miles de víctimas menores de edad que se cuentan en Colombia por abuso sexual: un fenómeno del que poco se difunde pero que es devastador.
En 2015, el 75% de las mujeres víctimas de abuso sexual fueron niñas menores de 14 años. Según Medicina Legal, 19.181 menores de edad fueron atendidas por abuso el año pasado. Es decir, cada media hora una niña es víctima de abuso o violación en el país.
Se trata de 19.181 Yulianas cada año en el paìs.
Lo peor de todo es que se trata de un fenómeno en ascenso, en 2015 el número de abusos a niñas aumentó en un 12% respecto a 2014.
Colombia no puede seguir siendo indiferente: #NiUnaMás
Updated: diciembre 26, 2016 10:04 a. m.