Jhon Alexander Soler Amaya, de 38 años, llegaba a su casa en el barrio 20 de Julio cuando fue interceptado por dos delincuentes. Al parecer lo esperaban para robarle la camioneta, que pertenece a la Unidad Nacional de Protección.
El guardaespaldas, al servicio del director de la Dian, Santiago Rojas, respondió ante sus verdugos con su arma de dotación y al parecer hirió a uno de ellos. Pese al cruce de disparos, lograron huir mientras que él quedó malherido.
Pese al esfuerzo de los vecinos, que lo llevaron hasta un centro médico, falleció. En la escena del crimen quedó abandonado un revólver, el cual sería clave para identificar las huellas de los bandidos.