Vestidas con velo blanco y camándula en el cuello, las religiosas llegaron y se robaron las miradas de quienes se encontraban realizando trámites en el lugar.
Es la primera vez en toda la historia de la escuela de conducción de la Secretaría de Movilidad de Cali que religiosas toman el curso y se atreven a manejar desde una motocicleta, un microbús, camperos y hasta vehículos de servicio público.
Fue así como tres monjas llegaron al lugar para buscar la certificación a la hora de conducir.
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Ni las monjas se salvan de los ladrones: a religiosa le roban celular en el MIO “Nos miran así como disimuladamente y así como el comentario. Solo cuando me ven los zapatos y las medias, dicen: 'Una monjita'. Se sonríen y lo dicen como por debajo de cuerda, en murmullo, pero a la vez mucha gente nos felicita”, dice la madre superiora Gloria Edith García.
Algo que años atrás era impensable, ahora es un sueño cumplido. Ellas hicieron el curso para manejar todo tipo de motocicletas, automóviles y vehículos de servicio público.
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“Al principio, pues mucho temor porque uno en un carro, en una ciudad tan concurrida como esta, pero no, a Dios gracias. Uno con prudencia, con paciencia y poniendo atención a la debida enseñanza, me ha ido muy bien”, señala Blanca Nidia Flórez, novicia en segundo año.
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“Ya este año hemos podido firmar 70 conductores y estamos abiertos a todos aquellos caleños que quieran venir y formarse en la escuela de la Secretaria de Tránsito”, explica Juan Carlos Orobio, secretario de Movilidad de Cali.
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Con sus licencias de conducción en mano, su chaleco y un gorro para proteger su velo, ahora tienen licencia para movilizarse por toda la ciudad.
Según las religiosas, hay muchas más compañeras que ya están gestionando los recursos para también tomar el curso de conducción.
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