Según denuncia de guardias de esos penales, la revuelta fue durante 40 minutos y de manera simultánea incluso a la de la cárcel Modelo, donde hubo 23 muertos.
“Los internos se amotinaron, tuvieron una reacción negativa hacia la guardia con elementos contundentes, agredieron al personal de guardia, pero gracias al personal de custodia y vigilancia se pudo normalizar la situación”, manifestó Felipe Quimbayo, presidente del sindicato del Inpec.
Al menos 300 presos habrían intentado huir, saltando los muros de uno de los patios de la cárcel El Pedregal y fracturaron un vidrio blindado.
“La situación se controló muy bien porque teníamos un plan emergente preparado, porque se sabía o se sospechaba de unas posibles fugas masivas, que en realidad eso fue lo que se dio planes de fugas masivas”, indicó el guardia.
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Los problemas de orden público requirieron la presencia del Escuadrón Móvil Anti Disturbio, la Personería de Medellín y la Policía, que lograron controlar los desmanes.
“Parece ser que se pusieron nerviosos con el tema (del COVID-19), querían que los mayores de 50 años fueran separados”, explicó el funcionario penitenciario.
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La Personería señaló que está trabajando para brindar las garantías de salubridad para que el COVID-19 no contagie a los presos.
Sin embargo, desde el sindicato del Inpec aseguraron que estas medidas se deben extremar.
“¿Nosotros qué solicitamos? Hemos hecho campañas porque, por ejemplo, tapabocas no tenemos, lo poco que podemos mitigar para el ingreso a los establecimientos ha sido con apoyo de redes solidarias que nos han aportado y con los mismos funcionarios que han comprado su tapabocas, gel antibacterial”, dijo Quimbayo.