
Como todos los domingos, en este capítulo de Los Informantes, tres grandes historias: el crudo testimonio de Juliana, hija de Rosa Elvira Cely, y otra joven que perdieron a sus madres por feminicidio y hoy luchan por otros huérfanos; la emotiva historia de Gustavo Yepes, quien vivió tres décadas en las calles, se rehabilitó y se graduó de abogado; y el viaje de un grupo de jóvenes ingenieros colombianos que, venciendo las barreras del conflicto, representaron al país en una competencia mundial de tecnología en China.
Huérfanos por feminicidio
A diez años del crimen de Rosa Elvira Cely, su hija y otra joven huérfana luchan por una ley que proteja a los niños que, como ellas, perdieron a sus madres a causa del feminicidio.
En Colombia, el feminicidio cobra a diario la vida de dos mujeres. La mayoría deja detrás uno o varios hijos, pero entre el ruido del crimen, el Estado y la sociedad suelen olvidar a quienes quedan marcados por el dolor.
“Esos primeros días fueron muy difíciles, sobre todo, fue tratar de asimilarlo con tristeza, porque ya no veía más a mi mamá y me preguntaba: ‘¿Por qué?’. Creo que la muerte para un niño, a esa edad, es un poco difícil de asimilar. Me acuerdo de lo que sentía por dentro: un vacío muy grande”, relató Juliana, hija de Rosa Elvira Cely al recordar el doloroso crimen de su madre.
La universidad de la vida
La historia de Gustavo León Yepes es profundamente inspiradora. Pasó tres décadas en las calles de Medellín, siendo habitante de calle y luchando contra la drogadicción. Con enorme esfuerzo y determinación, no solo logró rehabilitarse, sino que decidió retomar un sueño que muchos habrían dado por perdido: terminar su carrera universitaria, aun siendo ya un hombre de 71 años.
“Mi infancia fue muy tormentosa porque mi padre era un hombre adicto al alcohol... Siempre hacía escándalo, quebraba todo y envenenaba la comida. Viví con mucho miedo y temor de él”, relató Gustavo sobre la dura infancia que enfrentó junto a su familia, en un hogar marcado por la violencia.
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No solo creció en una familia disfuncional, además de sufrir las agresiones de su padre, sus dos hermanos lo rechazaban, su hermana lo menospreciaba y su madre era completamente distante, incapaz de brindarle afecto.
Un cuento chino
La ‘selección Colombia’ de tecnología, conformada por jóvenes ingenieros de la Universidad del Cauca, superó todo tipo de obstáculos para competir en China contra los mejores equipos del mundo.
Las noticias que llegan desde el Cauca suelen ser preocupantes, pero, por fortuna, el departamento también es cuna de historias esperanzadoras. La final del ICT Competition es algo así como la Copa del Mundo para genios de la informática, donde se compite con habilidades excepcionales en computación y matemáticas.
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Este grupo de jóvenes compitió con 95 equipos universitarios de 46 países y logró representar con orgullo a Colombia en la final mundial del ICT Competition, realizada en China.