En las zonas de Colombia más afectadas por la violencia y que fueron llamadas por el Gobierno como regiones de paz, ven con buenos ojos la posibilidad de diálogos regionales y humanitarios.
Arauca, Bajo Cauca Antioqueño, Catatumbo, sur de Bolívar, Chocó, Nariño, Meta, Guaviare, Putumayo y Cauca son las zonas en las que se podrían adelantar los proyectos de paz.
Precisamente, estas regiones han estado marcadas históricamente por la violencia y el conflicto armado. Allí delinquen disidencias de las FARC, Clan del Golfo, Autodefensas Gaitanistas y ELN, entre otros grupos.
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Jonathan Patiño, alcalde de Argelia, Cauca, ve con buenos ojos esta iniciativa: “Para aportar en lo que podamos para la construcción de la paz total, de los escenarios que sean posibles. Desde nuestro municipio vamos a convocar a la comunidad, líderes, organizaciones sociales y entes para que nos reunamos en la idea de la paz total”.
Asimismo, desde Norte de Santander también apoyan la iniciativa.
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“Hemos dispuesto como institución regional para acompañar el proceso desde el Consejo Departamental de Paz. Desde la Gobernación de Norte de Santander siempre habrá disposición para acompañar los diálogos”, manifestó Silvano Serrano, gobernador de ese departamento.
En Chocó, durante el último cuatrienio, la violación de los derechos humanos aumentó hasta un 50% por cuenta de las confrontaciones entre el ELN y el Clan del Golfo. Esa es una de las razones para que sus habitantes tengan esperanza en esta propuesta del gobierno Petro.
En medio de las expectativas, las regiones esperan el avance del proyecto en el Congreso de la República.
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