Este 25 de enero, hace 25 años, el terremoto en Armenia provocó una de las más grandes tragedias en la historia de Colombia. Entre las 1.185 personas que perdieron la vida estaba la familia de Jair Castaño, quien quedó solo por culpa de la emergencia.
La vida y la muerte se conmemoran en la misma semana de enero para Jair. Cumple años el 22 y el 25 perdió a su esposa y sus dos hijos en el terremoto de Armenia, en el año 1999.
En medio de su labor como lustrabotas, recordó los minutos posteriores a la 1:19 de la tarde de hace 25 años, cuando fue a buscar a su familia al hotel en el que vivían.
"Eso fue un golpe muy brutal, una cosa muy horrible. Me desmentalicé completamente, por ahí estaban mi mujer y los niños. Eso es una cosa que yo nunca podré olvidar porque eso fue un golpe tremendo. Tres tiros en la cabeza no me habrían dolido tanto como ese día", expresó Jair, víctima del terremoto en Armenia.
Sin embargo, Jair dejó de lado el dolor del recuerdo del terremoto en Armenia para celebrar la vida. Su más reciente cumpleaños fue fiesta junto a algunos de sus mejores clientes, quienes se han convertido en su familia desde hace más de 20 años, los integrantes de la octava brigada del Ejército y la organización Junior Foundation.
"En un segundo podemos dejar de existir. Por eso esta labor social, porque tenemos que aprovechar cada instante para ayudar, para dar de todo lo que hemos recibido en la vida, para devolverle un poquito a la vida. Eso es lo que tratamos de hacer a nivel personal y a nivel de fundación", comentó Jorge Ramírez, coordinador general de Junior Fundation.
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Don Jair estrenó ropa en su cumpleaños y compartió algunas de las enseñanzas que le dejó la tragedia. "No me enojo, ni reniego, ni nada. Y si no consigo aquí para el pasaje, pues me voy a pie y soy el mismo”, expresó.
Con una actitud que puede obedecer a la resignación o a la resiliencia, don Jair hace una reflexión: “La vida es muy bonita, el día que me he de morir, pues que Dios me lleve”.
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Con su experiencia, Jair Castaño ejemplifica la actitud de los quindianos que, a pesar de la tragedia por el terremoto en Armenia hace 25 años, han tenido la fuerza y la motivación para seguir adelante.