Durante su mandato, el presidente de Colombia, Gustavo Petro, ha hablado en algunos de sus discursos de Asamblea Nacional Constituyente, reforma constitucional y poder constituyente, lo que ha llenado de interrogantes a muchos colombianos sobre qué es lo que realmente ha querido decir el mandatario y cuál es su propósito. El jurista y profesor de la Universidad Nacional, Rodrigo Uprimny, ayudó a resolver esas dudas en Noticias Caracol.
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“Yo creo que el presidente ha sido bastante ambiguo porque ha utilizado tres expresiones y salta de una a la otra sin clarificar. Habló inicialmente a la Asamblea Nacional Constituyente en su discurso en Cali, con lo cual se pensó que era una constituyente para cambiar la Constitución del 91; luego dijo que no y señaló unos puntos que, según él, requerían reforma constitucional. Primero habló de cinco puntos, luego de siete, luego de nueve y ahí hubo críticas porque la mayoría de esos puntos no requieren reforma constitucional. Y luego ha hablado de poder constituyente y entonces ha generado ese enredo político y ese enredo conceptual”, empieza diciendo Uprimny.
“La noción de poder constituyente tiene una cierta tradición en la teoría constitucional de las democracias constitucionales y se refiere usualmente a un poder que no está regulado jurídicamente, que no tiene forma jurídica particular de expresarse y que normalmente irrumpe en momentos de crisis y termina usualmente en la adopción de una nueva Constitución. Entonces, esa es la distinción clásica. Cuando emplea (Petro) la expresión poder constituyente y habla de asamblea constituyente, la intuición inicial es que eso es para cambiar la Constitución”, asegura Uprimny.
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Preguntado qué tan viable es en un Estado de derecho la democracia directa, Uprimny manifiesta que “yo lo que creo es que en un Estado grande, complejo, diverso, como es el Estado colombiano o los Estados modernos, una democracia directa permanente en donde el pueblo se esté expresando de manera permanente y tomando todas las decisiones es un imposible fáctico. Eso lo reconoció incluso Rousseau, que fue el gran teórico de la democracia directa, cuando dijo que está solo podía ser aplicada en pequeñas comunidades, pero no en grandes Estados”.
Sobre si cree él que el presidente quiera cambiar la Constitución, Uprimny contestó categóricamente que “no, no, yo no creo, porque él ha dicho varias veces que no quiere. Esto no es para cambiar la Constitución, sino para que se cumpla plenamente. Es decir, para que se cumpla plenamente hacen falta una serie de reformas sociales para materializarla y en eso yo estaría de acuerdo”.
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“Hay una serie de reformas sociales que más o menos están en el espíritu de la Constitución y que no se han materializado: la reforma agraria, la reforma pensional, la reforma educativa, los ajustes al sistema de salud. Todo eso que ha planteado el Gobierno y yo creo que en esa necesidad de reformas tiene razón, pero yo no creo que para eso hay que recurrir a un concepto que genera todas esas oposiciones y temores de que va a invocar asambleas populares para finalmente perpetuarse en el poder”, complementa Uprimny.
Con relación a si hay ambiente para un acuerdo nacional, el jurista opinó que “yo creo que el acuerdo nacional es muy difícil, pero es absolutamente necesario. Eso es lo que permite calmar los ánimos en Colombia. Aquí tenemos una Constitución que toda la inmensa mayoría de los colombianos nos reconocemos en ella, sobre todo incluso colombianos de sectores populares y de izquierda que apoyan al gobierno Petro la conocen como marco jurídico apropiado y un acuerdo para las reformas sociales que requerimos”.
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