Al parecer no ha superado por completo el pánico escénico que había padecido. Alejarse de su familia tampoco le permite estar completamente tranquila.
Durante una presentación en Nueva Zelanda abrió su corazón y confesó que estaba cansada de las giras.
Con los aplausos se siente muy vulnerable, pues aún no ha dejado atrás el problema que tiene cuando está entre la multitud.