Charlie Zaa, también conocido como la voz romántica de los boleros, se ha convertido en uno de los cantantes colombianos más reconocidos. A pesar del éxito, el artista ha revelado en varias ocasiones que, al no saber manejar la fama, vivió excesos que lo llevaron a vivir momentos difíciles.
"Son muchas ausencias que vienen desde mi niñez", recordó el cantante en medio de una entrevista en Chabán Podcast. Recalcó que, más allá de la falta de recursos, creció en un hogar en el que "nunca habían abrazos, nunca habían palabras de honra, de reconocimiento, porque éramos muy pobres".
¿En qué trabajó Charlie Zaa antes de ser cantante?
Carlos Alberto Sánchez, nombre de pila del hombre nacido en Girardot, señaló que su infancia estuvo cargada por la falta de afecto por parte de sus padres y la falta de comida en su mesa. "Mamá nunca me dijo 'te amo', un abrazo o un beso. Papá fue una persona que maltrataba a mi mamá, casi cuatro veces por semana, era un hombre muy lindo, pero todo eso me marcó de una manera muy fuerte y me llevaron a querer salir rápido de mi casa".
Efectivamente, desde muy joven el cantante salió de su casa, en busca de trabajo para mejorar sus condiciones de vida y, a futuro, cumplir su sueño de ser un gran cantante. Uno de sus primeros trabajos fue lavar papas en la sabana de Bogotá.
"Yo lavaba la papa que traían de Bogotá o de la sabana y era uno de los mejores. Creé una estrategia y una forma para lavarla más rápido y que quedara completamente limpia, armé un equipo de trabajo y les enseñé cómo hacerlo. Creamos unos carros de rodachines para poder cargar ahí la papa, la yuca o la zanahoria, lo que tocara lavar", recordó.
Charlie Zaa habló de los excesos en su carrera
En medio de ese trabajo le surgió la oportunidad de empezar en la música, en primera medida con el Grupo Niche y luego como solista en los boleros, lo que fue su gran salto a la fama. "Todo el éxito llega de imprevisto, jamás lo imaginé ni me preparé. El mundo te empieza a llenar de ego, de reconocimiento, el comité de aplausos, un mundo de personas que andan alrededor tuyo aplaudiendo aunque estés cometiendo errores, aunque estés maltratando, aunque estés llevándote por los cuernos a todo mundo".
El cantante reveló que, aunque era un hombre de fe, en ese momento se olvidó de todo y "no creía en nadie, en el 2000 me volví loco y empecé a tener excesos, todo lo quería celebrar por medio del licor, empecé a tener relaciones extramatrimoniales con todo tipo de mujeres y me volví loco, me volví una persona egocéntrica, altiva, una persona grosera".
Charlie Zaa señaló que en ese momento tuvo depresión y ansiedad, hasta que "casi me muero porque me dio depresión, ansiedad y pánico al tiempo. Seguía siendo Charlie Zaa, seguía siendo reconocido, seguía teniendo algo de dinero, pero ya la presencia de Dios no estaba en mí".