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Mourinho

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    Edison Cavani: “sería un placer ser entrenado por Pellegrini o Mourinho”

    El delantero uruguayo del Nápoli, máximo goleador de la reciente Liga italiana con 29 tantos, afirmó este lunes que le gustaría ser preparado por el chileno o el portugués.

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    Abidal, el oasis

    De la danza de los millones, en la que ahora está inmerso Falcao, al interminable debate sobre si Mourinho fracasó o no en el Madrid. El fútbol, como el mundo, muchas veces se sumerge en ese mar insondable de noticias que se van tan rápido como llegan, pero que por el camino parecieran conseguir un objetivo escondido: que nunca hablemos de lo realmente importante. Eric Abidal es un oasis en medio del desierto. De ese desierto en el que podemos convertir al fútbol. Ese deporte hermoso e infantil en el que muchas veces solo atinamos a hablar de las descomunales cifras que gana un futbolista o del ego desproporcionado de un sujeto concreto. Dinero y vanidad, en definitiva. Las dos palabras capaces de arrancarle al fútbol lo esencial, lo más suyo, lo que de niños todos soñamos. Las dos palabras capaces de quitarle al fútbol toda su humanidad. Digo que Abidal es un oasis porque su lucha contra el cáncer nos ha permitido redescubrir la otra cara del fútbol, esa de la que nos enamoramos alguna vez pero que por distracción muchas veces dejamos de mirar. Abidal representa los valores, la lucha, el sacrificio, el esfuerzo y el pundonor que siempre han estado presentes en el juego. Ese francés menudo y callado es el superhéroe que viene a salvarnos de caer en la tentación de pensar que los escándalos de compra de partidos, de dirigentes corruptos y de árbitros vendidos se han apoderado de nuestro amado deporte definitivamente. Abidal nos permite pensar que el fútbol sigue siendo aquello que soñamos. No se trata de juzgar la decisión del Barcelona de no renovar el contrato de Abidal. Al fin y al cabo, cada quien le da trabajo a quien quiera. Lo criticable en este caso, y mucho, es la forma en que el equipo culé abordó la situación del jugador. Mientras Eric dice estar seguro de que puede jugar –con alta médica incluida-, el club dice que la decisión de que no siguiera fue “tomada por todos”. Cuando menos, contradictorio. Como digo, por mucho que quiera hacerlo, no voy a juzgar la decisión del Barcelona. Los culés hicieron mucho por Abidal durante su recuperación, pero para mi gusto, se quedaron a la mitad del camino. De todas formas, es seguro que para Eric el fútbol no ha terminado. Durante sus seis años vestido de blaugrana no solo demostró profesionalismo, también quedó claro que es uno de los mejores laterales de este siglo. Por eso no dudo de que cualquier dirigente medianamente sensato querrá firmar a Abidal. Lo justo es que ‘Abi’ deje el fútbol cuando él quiera, en el momento que él decida. “Merci, Abidal”, dijeron en Barcelona para darle gracias a este coloso que ya ganó el partido más importante de su vida. La verdad, creo que no es suficiente. Limitarse a dar las gracias es muy poco para alguien que ha encontrado un oasis en medio del desierto. Es muy poco para agradecerle a quien simboliza lo más esencial del deporte. Para quien nos ha devuelto la ilusión infantil de pensar que el fútbol es perfecto, inmaculado, propio de los más grandes héroes. De todas formas, aunque sea muy poco, no deberíamos dejar de decirlo nunca. Merci, para siempre, Eric Abidal. Luis Miguel Bravo @LMiguelBravo

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    Álvaro Morata: "Mourinho me hizo debutar con el Real Madrid y le deseo mucha suerte"

    El delantero del Real Madrid Castilla dijo este miércoles en el IV Torneo Benéfico de Pádel, celebrado en la Ciudad de la Raqueta, en Madrid, que Mourinho le dio la oportunidad de jugar en el club.

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    Mourinho y Real Madrid: una relación tormentosa que llegó a su fin

    El técnico portugués logró una Liga, una Copa y una Supercopa al frente de los merengues, pero la Champions fue su deuda y sus polémicas su cruz.

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    Moyes, Mourinho, Klopp y hasta Giggs, suenan para dirigir al Manchester United

    Los nombres que más eco hacen en la baraja para ser el sucesor de Alex Ferguson, son el del escocés David Moyes, el portugués José Mourinho y el alemán Jürgen Klopp.

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    Mourinho: “Mientras sea entrenador del Real Madrid, va a jugar Diego López”

    José Mourinho no ocultó que le gusta el portero nacido en Paradela, "más que Iker Casillas", porque “juega más con los pies”, añadió.

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    A pesar de las críticas, ‘Rafa’ Benítez fue elegido el entrenador del mes en Inglaterra

    El DT de Chelsea fue nombrado mejor de abril en la Premier, un día después de alcanzar la final de la Europa League con un triunfo frente a Basilea.

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    ¡Stamford Bridge se pronunció! Mourinho es bienvenido

    Diversas pancartas de apoyo al técnico portugués recibieron al Chelsea en el encuentro de vuelta de las semifinales de la Europa League que los ‘blues’ disputan ante el Basilea.

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    El ciclo de Mourinho terminó. El de Barcelona sigue

    Barcelona, Bayern Munich y el Dortmund acabaron con el Real Madrid de Mourinho en las semifinales de las últimas tres Ligas de Campeones. El técnico portugués no logró el trofeo para el que lo contrataron y tendrá que irse. Los millones de euros que pagaron por él dejaron de ser una inversión. Mourinho es pasado. Y un pasado doloroso. Barcelona, en cambio, no tiene por qué sentir una explosión en sus entrañas. Algunos hablan del fin de su ciclo, pero se debería hablar más bien de una transición con Buscapina. Es así porque saldrán varios jugadores para la próxima temporada. Valdés partirá y Puyol pronto se despedirá, pero seguirán los que han marcado esta historia fascinante. Messi, Xavi e Iniesta son tinta indeleble en este equipo. La base y la idea permanecerán, incluso a pesar de la reciente y vergonzosa eliminación. Tal cual dijo Iniesta, “Es muy injusto hablar de un fin de ciclo del Barcelona” porque falta tiempo para probarlo. También porque esta escuadra lleva seis años seguidos llegando mínimo a las semifinales de la Liga de Campeones; porque ha ganado dos de ellas en el último lustro, además de dos mundiales de clubes, dos Copas del Rey y porque pronto volverá a ganar la Liga local, la cuarta de las últimas cinco. Eso no es ningún declive. Al contrario. Y nadie puede asegurar que el Barcelona del mañana se quedará con las manos vacías. No hay pruebas que lo demuestren. Eso es lo que tal vez quiere el Real Madrid, un equipo que invirtió muchísimo dinero para opacar a su archirrival. Pagó así por Mourinho, que logró lo que en un momento parecía imposible: hacerle frente a un Barcelona en éxtasis permanente. Consiguió arrebatarle la Liga con un rendimiento histórico de 100 puntos y emanciparse del yugo catalán con el consuelo de la Copa del Rey y la Supercopa. Sin embargo, no pudo conquistar la Décima, el gran objetivo. Se quedó en tres semifinales, al igual que le pasó a Leo Beenhakker en la década del ochenta, cuando el equipo blanco cayó de manera consecutiva ante el Bayern, el PSV y el Milan. Típico de su gran personaje, Mourinho alegó tras la eliminación que el Real no era ni siquiera cabeza de serie cuando él tomó las riendas y que el Madrid recuperó su prestigio en el mundo. Es verdad. Tampoco se puede negar la imprenta que deja el entrenador portugués. Mourinho le dio bríos a un merengue que se estaba derritiendo en verano y en invierno. Fue él quien pudo cambiar algo del rumbo. El problema es que todo le salió muy caro al Real Madrid. En números y en moral. “Cuando el Madrid le contrató en 2010 tuvo que compensar al Inter con el mayor traspaso jamás pagado por un entrenador: unos 18 millones de euros. A ese gasto el club añadió el sueldo más cuantioso abonado a un técnico madridista, cerca de 15 millones brutos, más los emolumentos de sus numerosos ayudantes. En total, hasta ahora la operación ha supuesto para el Madrid más de 60 millones de euros”, cuestionó el diario El País. Allende de esta situación, Mourinho se ensimismó en el Real. Hizo que su figura fuera más importante que el mismo club, lo que es absolutamente imperdonable para los madridistas. Del juego prístino de la historia blanca, con el técnico portugués llegaron manchas, insultos, provocaciones, pellizcos, quejas de niño contra los árbitros, la malsana soberbia y el 5-0 que le propinó el dream team culé. El “puto amo”, como lo llamó Guardiola, borró a Iker Casillas, peleó con Sergio Ramos, con Valdano y acabó con Kaká, por quien se habían pagado 60 millones de euros. Cruel ironía: con dos millones menos, la actual plantilla del Dortmund alcanzó la final. Desde que Real Madrid ganó su última Copa de Europa, en 2002, el club ha gastado casi 1.000 millones de euros en jugadores. Lo de Mourinho se suma a la larga cuenta. Tanto dinero sin vuelta olímpica es una completa pérdida. En fichajes se fueron 180 millones de euros en las tres últimas temporadas. Una barbaridad deportiva y social mientras España llora su economía. El ciclo de Mourinho finalizó, sin duda. “Aquí hay gente que me odia”, dijo el propio entrenador. Y es que él se ha encargado de producir esos sentimientos, incluso entre la gente que lo rodea. En la otra orilla, la gente se pregunta si el ciclo del Barcelona finalizó. Y aunque el cuadro catalán fue un hazmerreír contra el Bayern, no es así. Barcelona tiene un libreto claro que seguir con el recambio natural de su plantilla. Eso le ha traído éxito, no tiene por qué cambiarlo. Es muy triste que ahora el Real Madrid sienta consuelo en el pésame actual de su archirrival. Ambos quedaron en deuda, ambos fracasaron en su intento de ganar esta Champions. Es tiempo de pasar la página. Siempre hay revancha en este juego. El quid es el futuro y en eso el equipo con el mejor jugador del mundo cuenta con la fortuna del ahorro y el terreno abonado. El Madrid casi que tiene que empezar de cero, otra vez. En Twitter: @javieraborda

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    En Inglaterra esperan con ansias el regreso de José Mourinho

    La prensa británica dio por segura la vuelta el entrenador portugués a Chelsea al final de temporada después de que Mourinho declarara en el Bernabéu que quiere estar "donde se le quiera".

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