A estos aparatos no tripulados les salió un nuevo enemigo en su misión de vigilancia. A picotazos, las aves intentan derribarlos.
Una de estas batallas quedó registrada a cien metros de altura, donde un cuervo atacó a un dron que patrullaba las calles.
El dron hacía parte de una flotilla de ocho de estos aparatos con los que las autoridades de Vilna, capital de Lituania, ejercen labores de control para evitar congregaciones de más de dos personas, en sus esfuerzos por frenar el contagio por coronavirus COVID-19.
Ornitólogos creen que el ataque de los cuervos a los drones podría explicarse en la necesidad de estas aves de proteger sus nidos.
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